Sergio Iglesias
Entrevista
Iratxe Pérez Freire y Antton Carretero
Vocalista y guitarrista de Chulería, joder!

«Se está desvirtuando el término ‘punk»

‘La urbe’ (DDT/Kaset) es el título del primer trabajo de la banda de Ezkerraldea Chulería, joder! Un grupo sobrado de actitud, con gente que ha pasado por bandas como Desorden, Barre Ikara o Turbofuckers, y que, sin duda, van a dar mucho que hablar. Este sábado actúan en el gaztetxe de Deba.

Miembros de Chulería, joder!
Miembros de Chulería, joder! (Mikel ULLIBARRIARANA)

Vamos a empezar a hablar de Chulería, joder!, un nombre que, por cierto, me encanta…

Antton Carretero: Te gusta o lo odias, no hay más opción [risas].

Iratxe Pérez: Mucha gente dice que es spoiler de lo que va a ver en los conciertos, aunque luego es una armadura que llevo en el escenario porque, cuando estás de cara al público, la imagen de la banda es muy tocha y la gente siempre piensa que estoy chalada. Pero luego soy una persona seria, trabajo con niños, personas de la tercera edad… y me preocupo por pagar el alquiler y todas esas cosas (risas).

A.C.: A mí ya me da bastante igual lo que digan de mí, la opinión pública cada vez me importa menos, pero es verdad que lo que dicen y el nombre de la banda vienen por algo, porque sí que somos bastante ‘macarrillas’ y chuletas.

¿Cómo se forma la banda?

I.P.: Cuando Desorden, mi anterior proyecto, que éramos una banda de colegas, se terminó, me di cuenta de que yo necesitaba seguir haciendo cosas, y por eso llamé a Antton, que es mi mejor amigo, y que estaba viviendo en Arrasate…

A.C.: La verdad es que se la veía triste, porque se notaba que le había afectado el final de Desorden, pero era complicado en aquel momento…

I.P.: Empezar una banda no es fácil, porque aparte de conexión musical y saber tocar, también tienes que tener una conexión personal con esas personas, para poder tomarte una caña con ellas, o para contarles tus mierdas.

«Empezar una banda no es fácil, porque aparte de conexión musical y saber tocar, también tienes que tener una conexión personal para contarles tus mierdas»

¿Le habían dado mucho la brasa con que volviera a montar algo, después de la última época con Desorden?

I.P.: Bueno, sí que me decían, pero como te digo, no es tan fácil, yo en Desorden tenía 17 años y empezamos porque sí, fue algo muy orgánico y natural, y ninguno de los cuatro esperábamos tocar tanto como lo hicimos el último verano.

¿Y al final Iratxe consigue convencerle, Antton?

A.C.: Yo no había tenido ninguna banda seria, de tocar tanto, y además era muy complicado moverme hasta Portugalete para ensayar, y por eso al principio me costó aceptar, pero estando con Iratxe ya sabía que iba a funcionar, porque nos llevamos muy bien desde hace muchos años.

¿Cómo se termina de montar la banda?

A.C.: En principio, empezamos con peña de mi pueblo, Aramaio, pero era gente que no tiraba tanto como Iratxe y yo, así que hasta que no empezamos con Miryam y con Alda, no considero que hubiera banda. 

¿Se nota que son gente más rodada y con experiencia en otras bandas?

I.P.: A Miryam no le conocíamos más que de la escena y de verla tocar en otras bandas, pero a Alda sí, porque es un gran amigo desde hace muchos años y es la persona más amable de la vida, y además toca muy bien… es la autogestión personificada. Así que, cuando entraron los dos, ya empezamos a ser una banda, porque todos aportamos algo.

¿Fue fácil llegar a un consenso en cuanto al estilo que iba a hacer Chulería, joder!?

A.C.: Yo creo que, aunque cada uno tengamos nuestros diferentes gustos personales, no podíamos hacer otra cosa que no fuera esto…

I.P.: A lo mejor no hay ni cinco grupos que los cuatro tengamos en común, porque a mí, por ejemplo, me gusta mucho el postpunk y peña como Idles y estas bandas que lo están petando ahora, Alda es más de bandas como Su Ta Gar o Unidad Alavesa, y Miryam es, sin duda, la más punk de todos, aunque también, curiosamente a pesar de ser la más joven, es la que más cosas diferentes ha hecho en la música, porque ha tenido hasta grupos de hardcore.

Mikel ULLIBARRIARANA

A.C.: Yo directamente no escucho música, y lo que escucho son cosas raras, me molan las rancheras, he venido escuchando en el bus a María Jiménez, Rocío Jurado… estoy chalado (risas).

Antes de grabar el disco, ya habían hecho bastantes conciertos. ¿Se notaba ese rodaje cuando entraron en el estudio?

I.P.: El disco lo grabamos con Haritz Harreguy, que es un ‘semidios’, y lo primero que nos dijo fue eso, que se notaba que lo llevábamos super mascado, y por eso fue tan rápida la grabación.

A.C.: Sí, desde que empezamos con la banda, dábamos cuatro o cinco conciertos al mes, además ensayando todas las semanas y tocando canciones propias desde el primer bolo…

I.P.: Es que, para mí, eso es un grupo, yo no daría un concierto sin tener, por lo menos, cuatro o cinco canciones propias; puedes dar un bolo de 15 minutos haciendo cinco canciones tuyas y una versión, pero no puedes hacer cinco versiones y una canción tuya… ¡cúrratelo un poco!

«Puedes dar un bolo de 15 minutos haciendo cinco canciones tuyas y una versión, pero no puedes hacer cinco versiones y una canción tuya… ¡cúrratelo un poco!»

¿Y cómo les llega la oportunidad de grabar con un productor tan reputado actualmente como Haritz Harreguy?
A.C.: Nos llamó él, te lo juro (risas).

I.P.: Cuando empezamos a ver con quién había grabado flipamos un poco, pero también te digo que, al principio, hubo dudas, porque tampoco queríamos que sonase a ‘super producción’…

A.C.: Le insistimos mucho en eso, y cuando me mandó una primera prueba le dije que sonaba demasiado bien y que queríamos que no sonara tan limpio, porque no nos veíamos reflejados en ello. Queremos que esté bien grabado y con punch, pero que al escucharlo digamos «estos sí somos nosotros», y al final ha quedado muy bien, porque suena potente, pero nos reconocemos en el disco.

I.P.: De todas formas, él también sabía a quién había llamado y quería hacer este proyecto porque creo que le hacía ilusión que todavía hubiera bandas como nosotros. Con el tiempo, nos hemos dado cuenta de que hay muchos ‘productos’, hasta en este mundillo del punk, que hacen canciones solo para poder tocar en tal o cual sitio…

A.C.: Solo por gritar o porque tu música tenga distorsión no estás haciendo punk, creo que se está desvirtuando un poco el término.

I.P.: Lo nuestro es mucho más natural, siempre hacemos lo que nos sale del coño, sin pensar demasiado si es punk, si es rock o si le va a gustar a los demás. Si hiciéramos, por ejemplo, todos los temas como ‘Infernua’, sabemos que estaríamos tocando en otros sitios y dando un montón de entrevistas, pero no seriamos Iratxe y Antton de Chuleria, joder!, seríamos Zuriñe eta Fran de Hesian (risas).

«Si hiciéramos todos los temas como ‘Infernua’ estaríamos dando un montón de entrevistas, pero no seriamos Iratxe y Antton de Chuleria, joder!, seríamos Zuriñe eta Fran de Hesian (risas)»

¿A la hora de componer, se preocupan mucho por hacer buenas letras?

A.C.: Para mí son muy importantes, porque siempre tienen un trasfondo y quiero dejar un mensaje en las canciones. Además, como sé que Iratxe va a ser la que cante la mayoría de ellas y la conozco tan bien, hay veces que es como si me metiera en su cabeza cuando las hago. 

I.P.: Antton es mi maestro, he aprendido mucho con él. Escribe letras que son super poéticas y en las que hay mucha rabia. Y como él dice, como sabe cómo me siento en cada momento, a partir de una frase que le pase es capaz de hacer una canción como si la hubiera escrito yo misma, he llegado a llorar con algunas letras que me ha escrito. Eso es de las cosas más bonitas que me han pasado en la música, pero como te decía antes, es muy importante estar en una banda con gente a la que quieras tanto. 

Ahora toca presentar estos nuevos temas, ¿pero ya está la máquina creativa funcionando para sacar otro trabajo en cuanto se pueda?

A.C.: Ya hay cosillas, y a lo mejor dentro de un año ya hay otros ocho temas para un disco, pero yo prefiero hacer seis buenos que hacer canciones para rellenar. Soy muy exigente y tardo mucho en terminar las canciones, y además ahora las canciones tienen que llegar, por lo menos, al nivel de las que hemos grabado en el disco.

I.P.: De hecho, los primeros temas que hicimos al principio los dos solos, para nosotros son los mejores porque les dedicamos muchísimo tiempo y lo bueno que tienen las canciones del disco es que son muy diferentes. Ahí por ejemplo tienes ‘Hacer algo’, super bruta, con una balada como ‘Geltokia’ que, por cierto, la compuse yo que, sin duda, soy la más moñas de todos (risas).