Un nuevo estudio a gran escala hecho por la Universidad de Bristol (Reino Unido) publicado en ‘Nature’ demuestra que existe otra forma en la que los árboles absorben los gases de efecto invernadero, concretamente el metano, por lo que los bosques pueden proporcionar incluso más beneficios climáticos de lo que se creía anteriormente.
Las concentraciones de metano en la atmósfera han aumentado rápidamente durante la mayor parte de las dos últimas décadas. Ese tipo de gas ha contribuido aproximadamente a un tercio del calentamiento climático observado desde la época preindustrial.
Esto es un verdadero problema para el clima de la Tierra porque el metano atrapa mucho más calor en la atmósfera que la cantidad equivalente de CO2. Pero mientras que el CO2 puede permanecer en la atmósfera durante cientos de años, el metano tiene una vida útil de unos diez años.
Esta corta vida atmosférica significa que cualquier cambio en las fuentes de metano o en los procesos que lo eliminan de la atmósfera (conocidos como sumideros de metano) puede tener efectos rápidos. Si se mejora la eliminación, esto podría ser una rápida victoria climática que ayude a mitigar el cambio climático en aumento.
Para la nueva investigación, tanto ecólogos como científicos del clima han estado estudiando el intercambio de metano entre la corteza de los árboles, una superficie que anteriormente se había pasado por alto por su contribución al clima, y la atmósfera.
El estudio del metano en los árboles
Se sabe que los humedales son la principal fuente natural de metano: los árboles en pantanos y llanuras aluviales pueden emitir metano desde las partes inferiores de sus troncos. Pero el intercambio de metano en árboles que crecen en suelos con buen drenaje que no se inundan, que incluyen la mayoría de los bosques del mundo, no ha sido bien estudiado, hasta ahora.
«Medimos el intercambio de metano en cientos de troncos de árboles en bosques a lo largo de un gradiente climático que abarca desde el Amazonas y Panamá hasta Suecia y los bosques cerca de Oxford en el Reino Unido», ha explicado el profesor Vicent Gauci, autor principal del estudio, en un comunicado. También ha explicado que para hacer el estudio utilizaron una cámara de plástico «simple» que envolvía el tronco del árbol y que luego se conectaba a un analizador de metano «basado en láser».
Al principio, buscaron emisiones de metano de los árboles y vieron que algunos emitían una pequeña cantidad desde la base del tronco, pero al medir la parte superior del árbol se dieron cuenta de que los árboles estaban absorbiendo metano de la atmósfera y esta eliminación de metano se hacía más fuerte cuanto más arriba subían.
Posteriormente, investigaron si se trataba de un proceso de importancia global. Para ello, necesitaban calcular el área global de corteza de los árboles utilizando una técnica llamada «escaneo láser terrestre», mapeando así las superficies leñosas de los árboles hasta la rama más fina.
De esta manera, descubrieron que, si la corteza de todos los árboles del mundo se colocara plana, cubriría toda la superficie terrestre de la Tierra. Potencialmente, esto representa una vasta área para el intercambio de gases entre la corteza de los árboles y la atmósfera, pero este mecanismo aún no se comprende bien.
Primera estimación del estudio
En total, la primera estimación cautelosa de este estudio es que los árboles absorben entre 25 y 50 millones de toneladas de metano atmosférico cada año, y la mayor parte es absorbida por los bosques tropicales.
Esto es similar al único otro sumidero de metano terrestre (los suelos) y hace que los árboles templados y tropicales sean entre un 7% y un 12% mejores para el clima de lo que se les atribuye actualmente.
Pero a diferencia del suelo, cuya superficie no cambia, los bosques se contraen y se expanden a través de la deforestación y la reforestación; estos cambios pueden influir en el metano atmosférico. «Si reforestamos y plantamos árboles en el lugar adecuado, se podría extraer más metano de la atmósfera», añade Gauci.