«Allá por donde pasamos, vamos creando relaciones y dejando amistades»
La cantante manchega regresa a Euskal Herria dentro de la gira en la que está presentando su último trabajo hasta el momento, ‘El abrazo’, publicado hace unos meses, y donde plasma las vivencias de su estancia en Colombia.
Dos conciertos en el Kursaal con todo vendido, un Bilbao Arena… ¿Qué tiene Rozalén que tanto gusta por aquí?
La verdad es que nos está yendo muy bien en todos lados, pero es cierto que aunque en el norte cuesta un poco más entrar, yo creo que es como la fama que tenéis… y cuando queréis a alguien no lo soltáis. Ha habido muchas cosas y proyectos que me han unido a vosotros, y yo creo que os he demostrado que os quiero mucho y que estoy «enamoradica» de vuestra tierra. Estoy super agradecida porque me siento como en casa y me cuidáis mucho. Otra cosa que tengo muy clara es que siempre hay que tener mucho respeto por culturas como la de Euskal Herria, y es positivo tender puentes.
Este año publicaba ‘El abrazo’, un disco donde plasmaba todo lo que vivió en su estancia en Colombia, al igual que, en trabajos anteriores, ya había repasado el folklore de diversas zonas del estado. ¿Es usted un poco como una esponja, a la hora de absorber y transmitir sus vivencias?
Es que soy una intensa…(risas). Soy una persona hipersensible, y por eso intento disfrutar al máximo de cada sitio al que voy, quedándome con lo bueno y teniendo siempre todos los sentidos muy abiertos.
El año pasado hice un viaje muy especial a Colombia con una ONG, visitando proyectos relacionados con la paz allí. Y este año hemos estado tocando, y cada vez nos va mejor en Colombia también en el aspecto musical, por todos los vínculos que hemos ido creando en visitas anteriores a aquellas tierras.
La cuestión es que yo quiero querer mucho, y Latinoamérica siempre es una inspiración brutal, y como te digo, si tienes bien abiertos los sentidos, te das cuenta de todo lo que puedes aprender, hay ritmos increíbles, sonidos nuevos, muchas historias que contar… así que allá por donde pasamos, vamos creando relaciones y dejando amigos que, en muchos casos, ya son casi familia.
Supongo que lo más importante a la hora de asumir este tipo de retos, es hacerlo con el mayor de los respetos por esas culturas, ¿no?
Claro, lo importante es hacer cosas, pero haciéndolo siempre contando con la gente de esos lugares, para que sean los protagonistas absolutos, como en el caso de Carlos Vives, con quien hemos hecho esa maravilla que es ‘Tres días en Cartagena’.
Como bien sabes, en lo musical nosotras hacemos muchas coproducciones con otros y otras artistas, como esta que te contaba con Carlos Vives, y de lo que se trata es de ir mezclándonos y que cada uno aporte al otro, siempre, como dices tú, con el máximo respeto.
Lo que es evidente, escuchando sus discos es que siempre está buscando nuevos caminos a la hora de hacer música. ¿Se ha convertido ese eclecticismo en una especie de sello personal?
Yo creo que lo que puede unificar todo lo que hago es la voz, porque mucha gente me dice que es peculiar, que tiene un color diferente y parece que se va a romper en cualquier momento, y por eso es muy fácil de identificar.
Además, como también canto de todo desde niña, y me gusta tanto la música, me mola eso de vacilar y moverme de un estilo a otro, o probar ritmos diferentes… Una cosa de la que sí que me he dado cuenta es de que las letras de las canciones sí que necesito escribirlas yo misma. Al final, lo que hago es ir cantando mi vida, aunque evidentemente, también hago versiones. Pero como te digo, lo que pienso es que mis canciones tienen una manera peculiar de contar lo que observo, y eso es lo que acaba unificando todo, haga el estilo que haga.
Y también es innegable su ambición a la hora de elegir las colaboraciones, ya sea para hacer una pieza sinfónica, un rap, una cumbia…
Sí, son cosas increíbles, la verdad. En el caso de Fernando (Velázquez), él fue el que me dijo que había que seguir trabajando juntos, después de hacer ‘Ura bere bidean’… y además hicimos con él la canción para mi padre, ‘Todo lo que amaste’… fue algo maravilloso; luego el rap ‘Mis infiernos’, que había hecho con R de Rumba, al que se apuntó también Kase O, y la que te decía antes con Carlos Vives, que fue un poco como un viaje de ida y vuelta, porque yo quería hacer algo tropical, ¿y quién mejor que él para darle ese toque más genuino?...pero luego voy yo, y como no me quedé a gusto, meto también ¡una jota castellana! (risas).
De todas formas, te aseguro que a mí me cuesta muchísimo pedir, pero de verdad que son cosas que salen de manera muy natural, al conocer a tantos y tantas artistas, y no puedo desaprovechar la oportunidad de hacer cosas con ellos y ellas.
¿Tiene que ver con que usted siempre ha sido muy generosa a la hora de colaborar con otros y otras artistas? En ese sentido, me recuerda a dos profesionales que tenemos por aquí, como Kutxi, de Marea, o El Drogas.
(Risas)... Pues mira, hablando el otro día con Kutxi, llegamos a la conclusión de que él lleva más colaboraciones… pero por una cuestión de que lleva más tiempo ¿eh? (risas) Y sí que es cierto que El Drogas también tiene unas cuantas, y ese es un pique que, por cierto, también tengo con Iván Ferreiro, que es otro que tampoco para (risas).
También te digo que, alguna vez que he visto un meme sobre esto, me río muchísimo, porque en realidad, es un gran honor que la gente te llame para colaborar con ellos.
Venga, la voy a poner en un aprieto: ¿Cuál es la colaboración favorita, de todas las que ha hecho a lo largo de su carrera?
Uff, es imposible elegir una sola, pero es muy especial cuando haces colaboraciones con gente a la que conoces mucho y con la que conectas, por ejemplo las que tengo con El Kanka, son muy especiales, por todo lo que me une a él. También la que tengo con Rodrigo Cuevas me la recuerdan mucho porque tenemos muchísimas cosas en común, igual que con Reincidentes, Ismael Serrano, todas las que tengo con tantas compañeras maravillosas…y cuando colaboré con Kevin Johansen fue muy divertido, y casi mágico, porque yo era muy fan. Pero bueno, insisto que es imposible quedarme sólo con una, pero sí que cuando es con gente a la que conoces mucho previamente, creo que se nota mucho también a la hora de cantarlo.
¿Y tendría algún sentido forzar una colaboración?
Pues no, pero hasta de esas puedes sacar un aprendizaje, porque siempre te van a enseñar algo.
‘El abrazo’, si no me equivoco, es ya su sexto trabajo discográfico, ¿cuesta cada vez más elegir las canciones para los repertorios de los conciertos?
Eso lo llevo fatal (risas). Pero lo que hemos hecho ahora para que la gente esté contenta es hacer medleys, o unir varias canciones, que es algo que me encanta. Pero sí que es complicado, porque cada vez hay más temas y siempre va a haber alguien que te diga «he venido para escuchar tal canción y no la has tocado»… pero eso también es buena señal ¿no?
Para terminar, ¿qué supone para usted estar nuevamente nominada en varias categorías de los Premios Grammy latino?
Estas han sido mi cuarta y quinta nominación, y la verdad es que este año no me las esperaba para nada, hasta el punto de que ni me acordaba, y el día que salían las nominaciones, iba conduciendo y casi me mato porque no paraban de llegarme mensajes (risas); no entendía nada y me pegué una buena hinchada a llorar. Está claro que lo de los premios, al final, es muy subjetivo, y muchas veces muy injusto, pero cuando sucede y te toca a ti, parece que se da un valor a tu trabajo y como que ya no defraudas al público.
En los latin grammys es muy complicado llevarse algo, pero estar nominada ya es gozarla, y estar compartiendo espacio con artistas maravillosos que, de otra forma, sería imposible estar con ellos, como Juan Luis Guerra, Ruben Blades, Fito Paez… con los que yo he coincidido y he generado vínculos gracias a estos premios. Así que es una pasada. Lo que también me emociona mucho es estar nominada en la categoría de ‘canción de autora’ y ‘álbum de cantautora’, porque ves que este tipo de géneros que no son los que más venden también tienen cabida en un evento tan importante.