Periodista, especializado en información cultural / Kazetaria, kulturan espezializatua
Entrevista
Andoni Basterretxea
Músico

«Decimos ‘agur’ como toca,
 era el momento y preferimos dejarlo aquí»

Delirium Tremens emergieron en los años 80 como una personal propuesta. Tras lograr un buen eco durante un lustro se apartaron de la escena. Pero resurgieron hace dos años con disco y gira. Ahora anuncian retirada para finales del 2025, con nuevo disco y veterana energía en directo.

De izquierda a derecha, Mikel Kazalis, Andoni Basterretxea, Juantxo Yurrita y Hariz Harreguy.
De izquierda a derecha, Mikel Kazalis, Andoni Basterretxea, Juantxo Yurrita y Hariz Harreguy. (Lorentza SARAGUETA)

Todas las miradas enfocan obligadamente a los influyentes Itoiz cuando se habla de rock costero euskaldun. Pero cuando aquel notable experimento popero estaba aún vivo, allá por 1987, surgió en su pueblo de Mutriku la réplica más nerviosa y ruidista de sus colegas Delirium Tremens.

El trío lo integraban Andoni Basterretxea (voz y guitarra), Juantxo Yurrita ‘Txufu’ (batería) y Javi Bilbatua ‘Billy’ (guitarra bajo). 
En un lugar pequeño y en tiempos tan pioneros, no había mucha gente dándole a las guitarras. Andoni Basterretxea Urreisti (Mutriku, 1964) recuerda «un primer engendro, Androides Eskizoides, con Txomin Uribe, JC Perez, ‘Txufu’ (con una cosa parecida a una batería) y yo. Hicimos un concierto de dos canciones…».

El modus operandi musical de los posteriores Delirium, a tono con los tiempos del llamado Rock Radical Vasco, era rítmicamente más agresivo, guitarreramente más arisco y directo en los mensajes. Debutaron en 1987 con el mini disco ‘Hemen denak berdinak dira’, compartido con los iruindarras Zarrapo y se asentaron con los LPs ‘Ikusi eta ikasi’ (1989) e ‘Hiru aeroplano’ (1990). Entremedio hubo algún movimiento interno: Patxi Irisarri sustituyó a ‘Billy’ al bajo y el ahora fallecido Iñigo Muguruza aportó su guitarra entre 1990-1991. Y tras unos cinco años de existencia y grabar en directo ‘Bilbo Zuzenean 91-5-24’, se despidieron en noviembre de 1991, en la sala Venezia de Saturraran.

Tres décadas después, tras haber probado de nuevo el veneno del directo en un homenaje a su colega Muguruza, en 2019, y en el trigésimo quinto cumpleaños del nacimiento del grupo, regresaron por todo lo alto en 2022 en el BEC de Barakaldo, presentando nuevo disco: ‘Hordago’.

En esta nueva etapa, el conjunto ha vuelto a tener novedades internas. De bajista, Mikel Kazalis, que ha militado en Matxura, Anestesia, Negu Gorriak o Kuraia. Y en la segunda guitarra, el productor Haritz Harreguy, que ha pasado por los grupos Aiotz, Larrua Truk o Sen.

Ahora, y tras una amplia serie de conciertos, DT ha editado ‘…Ta nora?’, con las independientes Mauka-Balaunka de productora y promotora respectivamente, y anunciando que se retirará de nuevo, a finales de 2025. De momento, anuncian citas en Kafe Antzokia de Bilbo, Verduri Hall de Oñati, Jimmy Jazz de Gasteiz, Dabadaba de Donostia y Tótem en Atarrabia.

Hello, goodbye


Confirma Basterretxea que la participación del trío, a finales de 2019, en el Kafe Antzokia de Bilbo, en el homenaje a Iñigo Muguruza, fue el pistoletazo de salida de la nueva vida del proyecto. Llevaban tres décadas sin pisar un escenario como grupo, aunque en 2014 el mutrikuarra había interpretado canciones de Delirium acompañado por la Banda municipal de Lekeitio.

«Fue el detonante, si no, nunca nos hubiéramos juntado. Me llamó Fermin Muguruza y le dije que, aunque fuera solo y con ukelele yo haría algo. Estábamos muy desconectados, pero ensayamos cuatro canciones, salimos en Kafe Antzokia y después el ratoncillo se convirtió en dinosaurio».

«Estábamos muy desconectados, pero ensayamos cuatro canciones, salimos en Kafe Antzokia y después el ratoncillo se convirtió en dinosaurio»

Pudo sorprender su tirón en el regreso del BEC, pero Basterretxea subraya: «Es que no fue una vuelta así, por la cara, para vivir de las rentas, sino con un disco de ocho nuevas canciones. Nos pilló la pandemia de por medio y en parte nos vino bien para preparar todo».

El balance de aquella vuelta es positivo porque han actuado mucho, incluso en algunos festivales. Pero han decidido irlo dejando de nuevo. «Decir ‘agur’ como toca, porque lo hemos pasado de la hostia y lo vamos a seguir haciendo, lo que nos queda. Era el momento y preferimos dejarlo aquí. Lo que nos dijimos fue que lo hemos disfrutado bien, tenemos un disco nuevo y vamos a gozarlo un cacho más».

El tronco y las ramas

Disecciona Basterretxea su «segundo y último disco de este segundo tiempo nuestro», con seis nuevas canciones y dos antiguas. La machacona ‘Saihesten’ sería «una pesadilla, sabes que tienes que salir de ahí, pero te cuesta». ‘Dalila’, ruidista, de guitarrerío épico y trabajo de coros, «es un reconocimiento a las mujeres. No una reivindicación en plan feminista sino mirando a tantas mujeres que han pasado por la Historia sin ser reconocidas en muchas facetas y, dándole la vuelta, nuestras propias abuelas, bisabuelas… Se lo han currado mogollón, pero siempre se suele hablar del trabajo, los viajes y el no se qué del abuelo. El hombre trabajaba mucho, sí, y aquí se ha ido a la mar, que es duro, pero la que sacaba la familia adelante, la educación de los hijos… era la mujer, que se quedaba en casa».


En la descripción ‘Kafe usain hura’, single oficial del disco, colabora Aiora Renteria, del grupo Zea Mays. «Habla de la soledad, cuando echas en falta a quien quieres. Y es la primera vez que alguien de fuera del grupo entra a una canción nuestra».

La afilada ‘Dirudidu’ representaría «la reflexión habitual de que todo va de culo, pero que somos unos hipócritas porque todo el mundo quiere vivir bien, trabajar lo menos posible y tocarse los huevos. Y así, las cosas no van para adelante». ‘Inork’ remite al mundo del metal pesado y recoge un texto de Joseba Sarrionandia. Para Basterretxea es una letra muy bonita que dice que no estamos obligados a querer lo que la gente quiere.

La luminosa ‘…Ta nora?’, que da título al disco, tiene que ver con el árbol de la portada. «Puede hablar de una relación entre personas, amorosa, o en una empresa y de mil formas. De entrada, hay una ilusión desmedida, sobre todo de jóvenes. Pero el camino de la vida es largo y con bifurcaciones. La letra dice que, aunque salgas del mismo tronco las ramas tiran para lados diferentes».


El disco añade revisiones de las conocidas canciones del grupo ‘Batzuetan’ y ‘Sua’ y a Basterretxea le gusta que, una vez rodadas las nuevas, la gente no se está pronunciando por una en concreto, porque «huele que todo el mundo te señale la misma canción».


Juntarse a los noventa


Las claves de la marca de la casa siguen residiendo en la manera de cantar de Basterretxea, arrastrada, casi recitada, y el potente guitarreo, melódicamente eléctrico. Más una maciza sección rítmica. Dice el frontman de Delirium que sus canciones «están hechas para todos y no son juveniles ni carcas porque la gente más joven no se mete en cosas tan ‘trascendentales’. Aunque antes nos daban más hostias y por eso las letras eran más heavys. Siempre me han echado en cara que hay mucho pesimismo, pero solo asoma en algunas letras y defendiendo al final un echarte para adelante en la vida y colaborar para cambiar las cosas».


Delirium publicó el año pasado un irónico ‘Mundu zoragarria’, versión rockera de Joey Ramone del clásico ‘Wonderful World’. ¿Cuál es la genética sónica DT? «Mis influencias fueron sobre todo Peter and The Test Tube Babies, Lords of the New Church, The Damned… Grupos punkies, pero de melodía».

Ese fue el particular matiz sonoro de los Tremens en los álgidos tiempos del ‘radicalismo’ rockero vasco. «Éramos un grupo cañero, euskaldun y con letras un tanto distintas. No de pura caña y mensajes puramente de protesta y a la mierda sino más sutiles».

«Éramos un grupo cañero, euskaldun y con letras un tanto distintas. No de pura caña y mensajes puramente de protesta y a la mierda sino más sutiles»

El buen roce entre grupos propició que DT telonearan a Kortatu en su despedida en el Anaitasuna de Iruñea, de donde salió el doble disco ‘Azken guda dantza’ y que Iñigo Muguruza se añadiera a la banda mutrikuarra.

«Había mucha relación entre los grupos, no había internet, pero había mucha más información de primera mano porque la gente se movía para ver conciertos, comprar cintas y discos... Ahora la gente tiene más información, pero no está más informada. Hay mogollón de grupos moviéndose y muchas discográficas pequeñas. Están sobre todo las plataformas en red, pero solo benefician a unos pocos».

DT se mueve cómodo en la red rockera vasca donde irán despidiendo su segunda juventud. ¿Habrá grabación en directo para presentarla en la Azoka de Durango 2025? ¿O la típica caja recopilatoria? Andoni no se moja al respecto. Se queda con el ‘aurrera begira’ de ‘… Ta nora’. Pero tras esos puntos suspensivos, ¿se imagina una tercera vuelta a la carretera, en años futuros, actuando ante hijas, sobrinas, nietas…? «Nunca digas que no. A ver si llegamos a los 90 y nos juntamos otra vez …».