29 ENE. 2019 - 00:00h A Iparla por Izpegi: una propuesta original Cima del Iparla. Naiz La gran muralla del Iparla, a caballo entre Nafarroa y Benafarroa, es un macizo referencia en las montañas de Euskal Herria y está considerada una de las más bellas. La imponente travesía de crestas desde Izpegi a Bidarrai (Sur-norte), dos puertas de entrada a la montaña, es una de las clásicas de la orografía vasca, entre otras muchas propuestas que se pueden trazar en esta pequeña cordillera. Una red de secretas sendas y caminos naturales, como gusta a los montañeros «puristas», facilitan crear rutas que pueden asombrar hasta al más exigente deportista. Una propuesta original. Se trata de alcanzar la cota principal, Iparla, por la vertiente occidental hasta el profundo Arrietako lepoa, para allí unirse al tradicional itinerario hasta la cumbre sobre la imponente escarpadura, en una excursión circular. Nace este recorrido en el km 9,5, del puerto de Izpegi, en una cerrada curva de herradura, donde se puede estacionar un automóvil. Si se inicia la travesía desde el Puerto de Izpegi, hay que descender hasta la 2ª curva y allí perder altura por monte hasta el punto citado. No es recomendable llegar al comienzo citado por carretera dado que son 2,2 km que, desde el puerto por asfalto, salvando diferentes lazos, se hacen largos. Bosque de especies autóctonas Allí nace, a la dcha, al NE un ancho camino carretil recuperado que, en cómodo e inteligente paseo, sube y sube, bajo un bosque de especies autóctonas y a pie del cordal cimero, para unirse a la cuerda que llega del collado Meaka de Erratzu. Algunas pinturas marcan el recorrido que cruza una afortunada fuente y alcanza el profundo Arrietako lepoa (señalizado) y donde llega el camino de Urdoze por la vertiente oriental. Con esta sugerencia el deportista gana con menos esfuerzo este collado donde se inicia la fuerte ascensión hasta el punto culminante del macizo. Aquí el montañero recupera las bandas rojiblancas del GR 10 travesía de los Pirineos, que servirán de guía y especialmente en jornadas sin visibilidad. Es el inicio de la dificultad de esta ascensión. Es una subida inclinada e intensa sobre buen sendero que coloca al montañero en la cota cimera Tutulia, desde donde los espolones verticales de la cadena son un espectáculo. Tras un ligero descenso al collado Gapelu se recorren tres o cuatro cotas más de aproximación hasta afrontar el último suave repecho hasta la cota principal de la sierra, el Iparla, con buzón. La cima es merecedora de un descanso para reconocer valles, cimas y collados pues el horizonte es extraordinario. Desde el litoral Atlántico hasta las cimas del Pirineo, lejanas y cercanas, un hermoso paisaje al alcance de nuestra vista. Hasta el collado Arrieta, el mismo recorrido Y toca regresar. En un principio, hasta el collado Arrieta el recorrido es el mismo. A continuación, se toman las bandas rojiblancas como guía que siguen las cotas cimeras. La profunda depresión del collado se salva ahora hacia el mediodia por otra durísima subida, entre matas y brezos, que sin descanso coloca a los deportistas en las proximidades de los altos de la sierra. La senda rodea todas las diferentes cimas (Astate, Ubedo-Buztanzelai), y pasa por los collados Astate (dolmen) y Buztanzelai (gran piedra tumbada), donde llega la ruta de Baigorri, Latxipi lepoa y en apacible ascenso el montañero salva la última dificultad, Untxide, en el filo de Antziaga, por incómodo y rocoso trazo, antes de asomarse al puerto de Izpegi, donde varias Bentas sirven al mendizale para dar fin a esta escapada recordando los lances de este incomparable viaje. Si se tiene el automóvil en la curva km 9,5, hay que ir por él. La utilización de dos coches puede ser también un planteamiento apropiado por la proximidad.