13 ABR. 2021 - 09:21h ‘Sobre espaldas de gigantes’, viaje a la historia de la arqueología vasca Un viaje por la historia de la arqueología vasca. Eso es lo que ofrece, bajo el título ‘Sobre espaldas de gigantes’, la exposición de cerca de un centenar de piezas que alberga el Arkeologi Museoa de Bilbo entre abril y noviembre de 2021. La muestra ‘Sobre espaldas de gigantes’ recopila cerca de un centenar de piezas originales. NAIZ ‘Sobre espaldas de gigantes’ muestra la historia de la arqueología vasca, desde los primeros estudios realizados en el siglo XVIII hasta la actualidad a través de más de cien piezas originales expuestas en función de su fecha de hallazgo. Se podrá visitar en el Arkeologi Museoa de la Diputación Foral de Bizkaia, también con visitas guiadas. La muestra está organizada en cinco unidades que muestran el desarrollo de la arqueología, incluso siglos antes de que se convirtiera en disciplina de carácter científico a comienzos del siglo XX. La primera corresponde al periodo en el que la arqueología era poco más que coleccionismo y en el que se recuperaron y valoraron piezas de gran valor como el mosaico del caballo del hipocausto hallado en Iruñea y que puede verse en la exposición, o la cubierta del sepulcro de Argiñeta, traída de la ermita de San Adrián en Elorrio. Reconocimiento científico Entre 1916 y 1936, la arqueología adquirió reconocimiento científico de mano de Barandiaran, Eguren y Aranzadi quienes excavaron numerosos dólmenes en Aralar y distintas cuevas en Bizkaia y Gipuzkoa, recogiendo objetos, huesos humanos y de animales por constituir las huellas de nuestros antepasados y no por ser objetos estéticamente bellos. La exposición alberga, por ejemplo, un yunque de piedra de Bolinkoba (Dima) utilizado hace 15.000 años para construir herramientas o una asta de ciervo de Santimamiñe de la que se extrajeron varillas para fabricar arpones, punzones o azagayas y una vitrina de la cueva de Urteaga en la que estaba excavando Barandiaran cuando estalló la Guerra del 36 y se vio obligado a exiliarse. En esta se puede ver uno de los cráneos que sirvieron para describir los caracteres físicos del tipo vasco, junto a una plaqueta y un canto decorado con figuras de animales dibujados con un trazo casi imperceptible. Con Barandiaran en el exilio, los estudios sobre prehistoria se estancaron en Gipuzkoa y Bizkaia, pero en Nafarroa y en menor medida en Araba se estudiaron más de una docena de yacimientos de la Edad de Hierro, como los poblados de Peña Saco en Fitero o El Alto de la Cruz en Cortes. En 1953 regresó Barandiaran del exilio y reactivó las investigaciones prehistóricas y formó a una nueva generación de arqueólogos. Durante este periodo en Nafarroa la arqueología de época romana adquirió madurez gracias a la labor de la arqueóloga M.A. Mezquiriz que investigó los orígenes de Iruñea, la vieja Pompaelo de época romana. En las vitrinas de los descubrimientos del periodo el visitante podrá ver cuentas de collar de Txotxinkoba (Gizaburuaga), hachas de piedra pulimentados de los dólmenes de la Galupa (Karrantza, Bizkaia) o de las cuevas sepulcrales de Kobeaga (Ispaster) o Ereñuko Aristi y un molde de fabricación de estas hachas encontrado en Aralar. Desde 1980 hasta la actualidad La última unidad de la exposición abarca de 1980 hasta la actualidad. En las vitrinas de la muestra se ve un gran cuenco de terra sigillata, del siglo II encontrado en Iruñea; una delicada aceitera de vidrio del siglo XV, unas monedas romanas, un peine de madera decorado de la Plaza del Castillo, unos anillos de oro y plata de las necrópolis de Aldaieta y Dulantzi, incluso unas sencillas llaves de Zarautz. La exposición es resultado de la colaboración del Arkeologi Museoa, coordinador de la muestra, con el proyecto el Bibat de la Diputación Foral de Álava, Gordailua de la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Instituto Príncipe de Viana del Gobierno de Nafarroa y el Museo de Oiasso en Irun.