12 ENE. 2023 - 10:12h Condenan a 25 meses de cárcel a un rapero de Iruñea por amenazas a la Policía Municipal El rapero Black Marfil ha sido condenado por un juzgado de Iruñea a cumplir 25 meses de cárcel y cerrar su canal de YouTube porque sus canciones «atentan gravemente» contra el colectivo de la Policía Municipal y sus familias. EL rapero Black Marfil, en uno de sus vídeos de YouTube. (YOUTUBE) NAIZ El rapero Black Marfil, referente de la música drill en Nafarroa, se sentó en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal 3 de Iruñea el pasado mes de diciembre, acusado de un delito de amenazas contra la Policía Municipal de Iruñea por entender que las letras de sus canciones llaman a atentar contra la Policía Municipal de Iruñea y sus hijas e hijos. El fiscal solicitó una pena de hasta 2,5 años de prisión por un delito de amenazas colectivas no condicionales. La jueza encargada del caso, finalmente, le ha impuesto una pena de 25 meses de prisión y la prohibición de acudir a la red social YouTube, lo que conlleva el cierre de su canal y la prohibición de crear otros similares durante los próximos tres años, según recoge el diario ‘Noticias de Navarra’. La acusación parte de letras de canciones como ‘Fuck a Cripa 02’, donde el rapero profiere frases como «Corre, sinpa (sin papeles), matar al hijo de un munipa» y, en el vídeo musical, realiza gestos simulando disparos y cortes de cuello, e incluso se ve brotar sangre en algunas de las escenas. En otra de sus canciones, ‘Atraco’, sostiene que «si matas a un policía, matas a cinco». El vídeo cuenta con 48.000 visualizaciones. En el juicio, el acusado declaró que su intención no era la de amenazar a la Policía Municipal ni a sus familias y matizó que tanto las letras como el vídeo forman parte del «postureo en la red». La defensa alegó que en sus letras no se hace ninguna amenaza concreta y que aunque el vídeo lleve circulando dos años «no ha pasado nada». En su informe, el fiscal recuerda que el rapero ha sido anteriormente condenado por delitos de lesiones, amenazas y robo, y que, en otra causa, le investigan por formar parte de la banda de los Blood 901, por lo que concluye que la supuesta ‘pose’ del artista «no se corresponde con la del personaje, sino con la realidad» y asevera que «no es un joven que diga eso de forma accidental, es una amenaza real que influye en el uso de la violencia y de las armas». «En este caso –concluye el fiscal–, se sobrepasan los límites de la libertad de expresión».