GAIAK
Entrevista
Aitor Cañibano y Dan Cabanela
Componente de The Half Nelsons

«Si dejas a los artistas tiempo libre, siempre van a salir cosas; no sabemos estar quietos»

Procedentes de bandas como Still River, Mississippi Queen o Travellin’ Brothers, The Half Nelsons llevan un tiempo mostrando en directo su propuesta de country, folk y americana. Ahora lo harán también como teloneros de Noa & The Hell Drinkers en su concierto del sábado en Kafe Antzokia de Bilbo.

Componentes de The Half Nelsons. (NAIZ)

Cuéntenos cómo se forma esta banda un poco «Frankenstein», a la que todos llegan desde otros proyectos.

Aitor Cañibano: Con mis bandas, yo he hecho, sobre todo, blues y música negra, pero siempre me ha gustado mucho el americana, el folk y el country. Con Dan ya habíamos colaborado, y nos conocemos desde hace tiempo; soy muy fan de su estilo al cantar y tenía ganas de hacer algo con él. Con la pandemia, como había mucho tiempo libre, le mandé un mensaje para ver si hacíamos algo juntos y la primera canción que le pasé fue un tema de Willie Nelson. Empezamos a quedar y luego llamé a mi hermano, con quien voy al fin del mundo; se animó a tocar el contrabajo y empezamos como trío, sin ninguna aspiración más que divertirnos tocando en el local.

Más adelante, se incorporó mi sobrino Unax a la percusión y empezamos a preparar un repertorio. Hicimos dos conciertos con él antes de su trágico fallecimiento y, después, buscamos otro batería. Necesitábamos alguien de mucha calidad para estar a la altura, porque Unax tenía muchísimo talento. Así llegó Ander, de Mississippi Queen, entre otros proyectos, al que ya conocíamos y se ajustaba a lo que necesitábamos, que era hacer algo muy familiar; y cuando él no puede tocar por sus compromisos, tenemos en la recámara a otro grandísimo batería joven, como es Unai Olabarri.

Entiendo, por tanto, que lo de seguir con la banda tras el fallecimiento de Unax fue como un homenaje, ¿no?

Dan Cabanela: Nuestra trayectoria siempre va a ser un homenaje constante a Unax y, de hecho, cuando pasó todo, decidimos hacer la apuesta de seguir adelante y tomarnos el proyecto mucho más en serio, volcándonos sobre todo en los directos.

Me contaban que este es un proyecto que surge en pandemia, una época en que, por sacar algo positivo, salieron multitud de grupos y colaboraciones. ¿Cómo vivieron estos momentos de creatividad que se dieron durante aquellos meses?

D.C.: Está claro que, si dejas a un montón de artistas tanto tiempo libre, siempre van a salir cosas... esto es lo que pasa porque no podemos ni sabemos estar quietos (risas).

«Mogollón de gente que no son músicos encontraron la guitarra acústica por casa y surgieron un montón de ‘terroartistas’ que ahora están invadiendo la escena»

A.C.: Solo podíamos tocar en el local y no todo el mundo, dependiendo de los cierres perimetrales y demás, así que había mucho tiempo y las bandas quisieron aprovechar ese parón de alguna manera... de todas formas, al hilo de esto también hay una mala noticia, y es que mogollón de gente que no son músicos encontraron la guitarra acústica por casa y surgieron un montón de ‘terroartistas’ que ahora están invadiendo la escena, y que, sin la pandemia, nos los habríamos ahorrado (risas).

También hubo otra noticia aún peor que la anterior, que es que mucha gente se tuvo que buscar la vida de otra forma y abandonaron la música, sobre todo en el gremio de los técnicos.

¿Sirvió todo aquello, de alguna forma, para que los y las profesionales de la música se replantearan su forma de trabajar, tomándose su tiempo para crear y no estar girando constantemente?

A.C.: Supongo que habrá de todo y cada uno tendrá su manera de funcionar, pero a mí por lo menos no me gusta estar más de un mes sin tocar. Lamentablemente, en aquella época lo tuvimos que hacer... aunque es cierto que Travellin’ Brothers al final acabamos tocando bastante en estos formatos de gente sentada y aforos reducidos.

Pero aun así, yo nunca había estado tanto tiempos sin tocar, que es algo que necesito, más que grabar o crear música, que al final me encanta hacerlo pero, sobre todo, para poder dar conciertos.

«Está claro, ya desde el momento que hemos elegido este estilo y este repertorio, que el mainstream y el forrarse con la música no va con nosotros»

Nosotros nos hemos acostumbrado a componer mientras giramos, ya que, normalmente, solo paramos los 15 días de grabación... y así somos felices.

D.C.: A mí, encerrarme un mes o dos no me afectaría tanto, porque me gusta mucho el proceso creativo y de grabación en estudio, que a otros músicos les gusta menos. Creo que meterte en las minuciosidades de los temas también es interesante pero, indudablemente, las tablas se cogen tocando y todos los grupos que más me gustan funcionan así: tocando constantemente y componiendo en la propia gira, porque muchas ideas salen en los hoteles o en las pruebas de sonido.

¿Cómo se selecciona un repertorio tan alejado, a priori, de lo que hacen con Travellin’ Brothers y no tanto de lo que hacen con Still River?

D.C.: En realidad, no creo que haya tanta distancia entre el country, el rock sureño o de raíces que hacemos The Half Nelsons con el blues, porque todo viene de lo mismo, ya que, de hecho, el country en Estados Unidos es, en cierto modo, como el blues de los blancos. Además, hemos visto que las dos se han fusionado con el rock de una manera muy potente en los últimos 20-30 años y por eso yo no los veo tan diferentes. Sí que, a nivel estructural, las canciones son distintas, pero lo hemos ido cogiendo rápido y con mucha naturalidad.

A.C.: Aunque Eneko y yo, en los Travellin’, hemos tocado más la faceta más negra de la música americana, como es el soul, el góspel o el blues, siempre hemos escuchado mucho esta música, y tener ahí ese bagaje hizo que lo tuviéramos interiorizado aunque no lo hayamos tocado tanto. A mí, personalmente, lo que más me ha costado ha sido pasar de la eléctrica a la acústica, pero desde que la he recuperado de nuevo estoy encantadísimo, porque me flipa... ahora me arrepiento de no haberla cogido antes, pero por circunstancias y por los estilos que hemos tocado no se había dado hasta ahora.

«Nos hemos acostumbrado a componer mientras giramos, ya que, normalmente, solo paramos los 15 días de grabación... y así somos felices» 

D.C.: Yo, en cambio, sí que tocaba la acústica en mis primeras bandas en los Estados Unidos, y ahora he vuelto a ello porque llevaba 20 años sin hacer nada así de manera continua, y la verdad es que es una gozada.

Supongo que, a la hora de adaptarse a estos sonidos a lo mejor no tan habituales en sus repertorios, la experiencia también es un grado ¿no?

A.C.: Claro. Ya tenemos todos muchos años de experiencia y cualquier proyecto que iniciamos ya no es como cuando montábamos nuestras primeras bandas, porque esa experiencia la incorporas y ya partes desde un punto más ‘pro’, todo suena desde el principio y es más sencillo.

¿Consideran que, a día de hoy, The Half Nelsons está al mismo nivel que el resto de sus bandas o lo tienen como un proyecto secundario?

A.C.: A nivel profesional, es evidente que está un paso por detrás, porque es un proyecto de nueva creación que estamos llevando a cabo sin prisa pero sin pausa. Pero a nivel emocional, creativo, de implicación y de darle la mayor profesionalidad posible, están todos al mismo nivel… pero no solo este grupo, todo lo que hacemos en la vida creo que todos lo intentamos hacer al 100%, cada uno con su personalidad.

D.C.: Es evidente que la trayectoria y la trascendencia que tiene ahora mismo The Half Nelsons no se puede comparar a la de Still River, Travellin’ Brothers o Mississippi Queen, pero tiempo al tiempo… Está claro, ya desde el momento que hemos elegido este estilo y este repertorio, que el mainstream y el forrarse con la música no va con nosotros; pero lógicamente, queremos crecer como banda y lo vamos a dar todo para conseguirlo. Y para ello, lo primero que hay que hacer es demostrar, porque estar en otras bandas de éxito no garantiza nada, hay que hacerlo bien y convencer a la gente.

¿La idea de la banda es llegar a hacer temas propios algún día?

A.C.: Es una idea que ha estado ahí desde el principio, pero a la vez, nos apetecía mucho tocar desde el primer minuto y si esperábamos a tener nuestros temas iba a pasar mucho tiempo. Así que empezamos tocando un repertorio de versiones elegidas muy concienzudamente, con temas nada evidentes, lejos de lo que puede ser una verbena country, con la idea de que la gente nos fuera conociendo y también para ir impregnándonos del estilo, asimilándolo y teniendo el sonido de banda que queremos, para saber por dónde ir cuando empecemos a componer nuestros temas. De esta forma, con estos dos años que llevamos tocando, los temas que empecemos a hacer tendrán una calidad superior que si hubiéramos empezado a hacer canciones desde el primer momento.

D.C.: Además, como las versiones no las tocamos calcadas a las originales, sino que las intentamos llevar a nuestro terreno, eso también nos ayuda a tener un sonido propio y a saber cuál es el papel de cada uno dentro de la banda.

A.C.: Eso es. Así que ahora, lo que queremos es aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten para tocar, y aunque en 2024 todos estaremos muy ocupados, será un año para empezar a ir trabajando cosas y seguir tocando en el hueco que nos dejen nuestras bandas.