11 ABR. 2024 - 18:15h Un ensayo analiza en Nafarroa el impacto de los fertilizantes orgánicos en suelos y cultivos Un ensayo agrícola realizado en Nafarroa ha analizado el impacto positivo que distintos tipos de fertilizantes orgánicos generan en los suelos y cultivos para adaptarlos al impacto del cambio climático. El ensayo se ha realizado en Oloritz, en el valle de Orbaibar. Un centenar de expertos europeos han participado en la visita de hoy. (EUROPA PRESS) NAIZ Un ensayo agrícola, llevado a cabo en una finca experimental en Oloritz, localidad del valle navarro de Orbaibar, analiza el impacto positivo que distintos tipos de fertilizantes orgánicos generan en los suelos y cultivos para adaptarlos al impacto del cambio climático. Hasta allí se han desplazado este jueves el consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Nafarroa, José Mª Aierdi, junto con expertos que participan en un encuentro internacional, organizado por la Agencia Ejecutiva Europea de Clima, Infraestructuras y Medio Ambiente (CINEA) y la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Nafarroa. Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC de estrategias para la adaptación al cambio climático. Una de seis áreas del proyecto LIFE NAdapta, según informa el Gobierno de Nafarroa, se centra en la adaptación de los agrosistemas a los efectos del cambio climático, mediante nuevos métodos de gestión del suelo de cultivo. Durante la demostración, Aierdi ha defendido «la investigación sobre usos óptimos de fertilizantes orgánicos, como alternativa a los químicos, para mejorar la competitividad del sector primario y avanzar hacia una agricultura verde adaptada al cambio climático que, al mismo tiempo, resulte rentable para las personas productoras». La visita de campo se ha realizado en una de las parcelas donde INTIA ensaya con fertilizantes minerales y orgánicos en cultivos extensivos, y a largo plazo, para determinar las necesidades de los suelos agrícolas en las condiciones agroambientales concretas de Nafarroa. Este tipo de investigaciones, según el consejero, son de «gran valor», dado que permiten obtener «resultados consolidados para conocer el momento óptimo de aplicación de los fertilizantes, su reparto y la dosis a aplicar, ajustándola a las necesidades reales con el consiguiente ahorro de recursos para el sector agrícola». El equipo que ha desarrollado este ensayo, integrado por personal técnico de las sociedades públicas INTIA y NILSA, en colaboración con la UPNA y en el marco del proyecto LIFE-IP NAdapta, ha expuesto algunas de sus conclusiones ante 96 expertos que se han reunido en dos jornadas especializadas sobre resiliencia de suelos y su adaptación al cambio climático. La apertura del evento europeo se produjo el miércoles en Baluarte a cargo de la polaca Agnieszka Romanowicz, jefa adjunta de la agencia europea del clima (CINEA), y se cierra este jueves con otras dos visitas de campo en las localidades alavesas de Gasteiz y Asparrena, dentro del proyecto LIFE-IP Urban Klima, paralelo al NAdapta navarro en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Durante la visita, la especialista de INTIA Nerea Arias ha explicado que con estos ensayos son capaces de obtener «el coeficiente de equivalencia del nitrógeno orgánico, es decir, la cantidad de nitrógeno mineral que puede ser sustituida con el aporte de abonos orgánicos». «En experiencias previas, por ejemplo, hemos visto que los abonos tipo compost, el 30% del nitrógeno aplicado está disponible para el cultivo, con el consiguiente ahorro de fertilizantes minerales», ha indicado. En la jornada se ha destacado que Nafarroa es un territorio en el que es posible encontrar una amplia gama de zonas climáticas. En 100 kilómetros de distancia, las precipitaciones varían enormemente, lo que hace que tenga una enorme diversidad de paisajes, específicamente desde el punto de vista agrícola, y con muchos tipos de suelo y diferentes usos del mismo. Esto, han apuntado, es importante para identificar la vulnerabilidad real al cambio climático y también para mejorarla. Por parte de la UPNA, su técnico en suelos Iñigo Virto ha explicado que en cada una de las 12 zonas homogéneas en las que se ha dividido el territorio se han identificado indicadores que informan sobre la respuesta de los suelos agrícolas a las cuatro estrategias de manejo consideradas de interés para la adaptación al cambio climático: la agricultura de conservación, la optimización de las rotaciones, el uso de enmiendas o fertilizantes orgánicos y el regadío. El proyecto lo lidera el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente y participan en el mismo las sociedades públicas GAN, INTIA, NASUVINSA y NILSA, así como la Universidad Pública de Navarra.