15 JUN. 2024 - 07:12h Cuestión de actitud Bilbao Music Legends Fest ya se ha convertido en una de las grandes citas festivaleras estivales en Euskal Herria, gracias, sobre todo, a la elección de sus cabezas de cartel, que siempre cumplen con la primera de las condiciones para formar parte del mismo: ser leyendas. Chrissie Hynde lideró un sobresaliente concierto de Pretenders. (Mikel MARTÍNEZ DE TRESPUENTES | FOKU) Sergio Iglesias Si el año pasado fueron Cris Isaak, los Waterboys, o The Cult los grandes protagonistas, este año no se quedan cortos y han apostado por nombres como Pretenders, The Jayhawks, Deep Purple, unos Canned Heat que no pudieron estar en 2023, y como representante de Euskal Herria un Petti que ya está cogiendo hechuras de ‘leyenda’, algo innegable si escuchamos sus últimos trabajos y si tenemos en cuenta su trayectoria. Eso sí, el título hay que ganárselo en el escenario, y a tenor de lo que hemos visto este viernes, hay de todo. Para empezar, pudimos disfrutar del concierto de una inmensa Susan Santos, que jugaba contra el gran hándicap que siempre supone arrancar un festival de estas características, cuando la gente todavía está situándose, muchos y muchas recién llegados de trabajar. Pero eso no fue impedimento para que la virtuosa guitarrista -y cada vez mejor cantante- diera una lección magistral con su explosiva mezcla de country, rock, blues, y diversos sonidos de raíz americana. En formato trío, la artista pacense supo llevarse a su terreno a un público que acogió con alegría y, en algunos casos, sorpresa, esta más que interesante propuesta, que sirvió como el perfecto inicio al festival.Como ya es habitual en el Bilbao Music Legends Fest, la organización volvió a apostar por un cómodo sistema de dos escenarios: el principal, dentro del pabellón de Miribilla, y el exterior, el Voodoo Lounge, donde actúan bandas, quizá con menos nombre, pero que nunca fallan y lo dan absolutamente todo. Ahí es donde tocaron los primeros representantes locales de la jornada: Arnau & The Honky Town Losers, una banda joven en cuanto a trayectoria, pero con muchísimos años de experiencia individual en proyectos de todo tipo. El septeto liderado por Arnau Coderch, abarca diversos estilos de la música americana, como el country, rock y folk, y en muy poco tiempo se han convertido en una de las bandas más respetadas del panorama rockero en Bizkaia, por directos tan brutales como el que mostraron en este concierto de 40 minutos que, francamente, nos supo a poco, y que fue de menos a más con una explosiva parte final, que nos dejó con la sensación de que estábamos presenciando algo de lo que se hablará mucho en un futuro cercano. Cumplir el expedienteUnas ganas y una actitud que deberían hacer sonrojarse de vergüenza a los siguientes cabezas de cartel que tocarían en el escenario principal. Y es que The Jayhawks, sin duda llegaron a Bilbao a cumplir el expediente y a dar lo justito para intentar hacer un concierto pasable, que ni siquiera lo fue. Plano, aburrido y sin nada que ofrecer. Así fue un bolo en el que, por salvar algo, tal vez podríamos salvar los pasajes más rockeros, como ‘Dogtown Days’, cantada por el batería Tim O’Reagan, quien fue de lo poco digno del concierto, y alguna armonía pop marca de la casa, como las de ‘Quiet corner & Empty Spaces’. Pero visto lo visto, The Jayhawks de hoy en día distan mucho de ser aquella banda que deslumbró en los 80, se consolidó en los 90, y reinó en los 2000, con discos que, aún a día de hoy son auténticas obras de arte, pero que se han convertido en unos tristes funcionarios de la música, probablemente lo peor que se puede ser en este oficio.Pasado el pequeño disgusto por la decepción, salimos a divertirnos con la que, si no me equivoco, es la banda más joven de esta edición. Desde Uribe Kosta llegaban Ziin & The Melody Makers, un proyecto realmente interesante en el que han confluido cinco músicos y músicas, que han sabido aunar sus gustos particulares, y comenzar su trayectoria haciendo versiones de grandes temas del blues, soul y rock. Y la verdad es que cumplieron con creces, y nos hicieron disfrutar con clásicos que supieron llevar a su terreno a la perfección, destacando dentro del conjunto la actuación de Ziortza (Ziin), una vocalista y multiinstrumentista con una capacidad brutal para interpretar esos temas de sobra conocidos para todos y todas, pero dándoles un aire fresco y personal. Savia nueva, tan necesaria en un festival de estas características. Una grata sorpresa. En la mesa de las grandes divas A continuación llegaba el gran momento de la noche, la actuación de Pretenders, que sí que justificaron su estatus de ‘leyendas’ con creces. Con la incombustible Chrissie Hynde a la cabeza, la banda ofreció un concierto sobresaliente, en el que demostraron por qué todavía tenemos que seguir creyendo en esta cosa tan bonita y tan inexplicable que es la magia del rock and roll. Y es que la palabra «actitud» sin duda se inventó para nuestra cantante británica favorita, sentada desde hace muchos años en la mesa de las grandes divas de la historia de la música: Aretha, Tina, Lucinda… Y no, no exagero, porque si el año pasado ya nos dejó boquiabiertas con su concierto en Mendizabala en la última edición del Azkena Rock Festival, lo de esta noche ha sido simplemente descomunal. Un golpe en la mesa y una declaración absoluta de intenciones de una artista que, si hubiera querido, podría haber vivido de las rentas de sus grandes hits pop de los ochenta, y sin embargo ha apostado por seguir evolucionando, endureciendo de paso una propuesta que cada vez suena más sólida y que parece no tener techo. Una vuelta a los sonidos más crudos para reinventarse constantemente, y ofrecer su faceta más salvaje en cada concierto. Un mérito compartido con sus actuales compañeros de banda, destacando en este punto la exhibición de James Walbourne a las seis cuerdas. Segundo discoLa cosa ya se iba terminando, pero todavía nos quedaban un par de balas en el cargador, empezando por el rock de quilates de Sotomonte. La banda liderada por el inquieto músico getxotarra Jokin Salaverria tiró de experiencia y carisma para ofrecer un concierto muy muy bueno en el que desgranaron los temas de su único trabajo editado hasta el momento, ‘From Prayer to the Battlefield’, aprovechando a la vez para presentarnos varias canciones de su segundo disco, que publicarán en breve. Hard Rock y psicodelia en una propuesta absolutamente única por estos lares. Fin de fiesta de lujo con The Screamin´Cheetah Wheelies, que volvían a Bilbao tras agotar las entradas en su actuación en diciembre del año pasado en la Sala BBK, dentro de su gira de reunificación después de 19 años de ausencia, que ya se nos estaban haciendo eternos. Así que, casi como un lujo se presentaba esta oportunidad para volver a tenerlos por aquí, más aún si tenemos en cuenta que este era el único concierto que van a dar en el estado en este 2024. Y los de Nashville, Tennesse, no defraudaron en absoluto, y con un Mike Farris que demostró por qué es considerado uno de los grandes vocalistas de todos los tiempos, fueron desgranando uno a uno todos sus grandes éxitos, poniendo especial énfasis en su ya clásico álbum ‘Magnolia’, en un akelarre de rock sureño, funk y soul, que ponía punto final a esta primera jornada del Bilbao Music Legends Fest.Un primer día que, como hemos ido explicando, ha tenido de todo, mucho más de bueno que de malo, y ha servido para que los y las promotoras se lo piensen dos veces antes de encumbrar como cabezas de cartel a bandas que ya hace tiempo que perdieron el brillo de antaño. Pero que también sirve para ver que, como decían los Potato, todavía hay quien resiste, y también quien quiere llegar a ser ‘leyenda’. Y es que al final, tampoco hay tanto secreto en esto de la música. Tan sólo es cuestión de trabajo y, sobre todo, de actitud. Y cuando eso falta, falta todo. A ver qué pasa en la segunda jornada. Mañana lo contamos.