7K - zazpika astekaria
CONSUMO

Economía doméstica insostenible


Desde el año 2020, la economía doméstica va cuesta abajo y sin frenos, perdiendo “aceite” en el poder adquisitivo y con un panorama desolador para las familias a causa de problemas como la inflación, donde el precio de los bienes y servicios va aumentado considerablemente, el estancamiento salarial, y las subidas implacables de las tasas de interés. Cierto que el problema del precio del dinero afecta a casi todo el continente por las decisiones del Banco Central Europeo y las drásticas subidas que han encarecido las hipotecas, pero lo que nos “distingue” como europeos es el encarecimiento brutal de la cesta de la compra.

Las medidas paliativas que a nivel estatal se dictaron mediante Real Decreto-ley 20/2022, del 27 de diciembre, para abaratar la alimentación con la bonificación del IVA en determinados productos básicos, han sido pulverizadas por la arrogancia de las grandes distribuidoras alimentarias. No les importa (como a la banca) lo que diga la ley, y como ejemplo véase el incumplido apartado normativo que señala: «La reducción del tipo impositivo beneficiará íntegramente al consumidor sin que, por tanto, el importe de la reducción pueda dedicarse total o parcialmente a incrementar el margen de beneficio empresarial con el consiguiente aumento de los precios en la cadena de producción, distribución o consumo de productos».

RESPONSABLES

La culpa no es solo de las grandes cadenas de alimentación, sino de la falta de control político administrativo y de sus adláteres instituciones como la CNMC (entre otras), que tanto cuestan mantener. Sin olvidar a las Comunidades Autónomas, perdidas en la verborrea publicitaria de conseguir competencias y que, teniéndolas, no las ejercen. Como personas consumidoras tenemos alternativas en todos los frentes, hagamos algo.