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LA PIONERA OLVIDADA DEL ROCK

¡Halleluyah sister Rosetta Tharpe!

En un vídeo que se ha convertido en viral, una mujer afroamericana de mediana edad, vestida con un abrigo claro y subida a unos tacones canta “Didn’t it Rain” mientras puntea de forma cañera en una Gipson SG blanca. Es Sister Rosetta Tharpe, estrella de la música gospel y la primera guitarrista en demostrar que las mujeres podían rockear. Pero, ¿por qué no sabíamos nada de ella? ¿A qué se debe que sea una proscrita en la historia de la música popular?


Más de cuatro décadas después de que fuera enterrada de forma casi anónima en el cementerio de Filadelfia, Sister Rosetta Tharpe, nacida Rosie Etta Atkins (Cotton Plant, Arkansas, 1915-Filadelfia, Pensilvania, 1973), está volviendo a ser reivindicada por el público actual gracias a las redes sociales y al teatro. El otoño pasado se estrenó en el neoyorquino Atlantic Theatre Company de Broadway el musical “Marie and Rosetta”, sobre la relación de la ahora conocida como «madrina del rock» con su protegida-compañera y puede que pareja Marie Knight. Y el 30 de este mismo mes de enero el The Pasadena Playhouse californiano acoge el estreno de otro musical, titulado “Shout, sister, shout!” (¡Grita hermana, grita!), en la que el director Randy Johnson –creador de “A night with Janis Joplin”, Tony a la mejor actriz en 2014– se basa en la biografía escrita por Gayle Wald hace un par de años sobre este terremoto de mujer, arrinconada en el olvido, pese a que influyó en la mayoría de los músicos del rock que le siguieron; entre ellos, Elvis Presley y su forma de tocar, como un terremoto, la guitarra.

Sin embargo, al contemplar el vídeo que circula por internet –y que lleva acumuladas más de 4 millones de visitas en Youtube y Facebook–, no se puede evitar una sensación de déjà vu. ¿Pero, dónde hemos visto antes a Rosetta Tharpe? En la película “Amélie” (2001), su versión de “Up Above my Head”, acompañada por un coro y con ella en primer plano cantando y tocando una guitarra eléctrica, era el primero de los cortes del vídeo que el personaje interpretado por Audrey Tatou regalaba a su vecino para animarle. Precisamente este vídeo es el que empujó a Gayle Wald a escribir su biografía: «Aquello picó mi curiosidad, porque me di cuenta que no era la única persona que ignoraba quién era ella –explica en un artículo de opinión publicado en “Dallas new”–. Su olvido no solo ha sido debido al paso del tiempo, sino que forma parte de una tendencia de la historia de Estados Unidos consistente en celebrar y recordar los logros de los hombres blancos y olvidar e ignorar a figuras como la de Rosetta. De hecho, queda bien claro en detalles como un recorte de periódico de los 70 con el que tropecé y que atribuía su sonido y estilo a Elvis Presley, cuando eran Elvis y otros tantos quienes imitaban a Tharpe».

Un último dato: existe un documental, titulado “The Godmother of Rock&Roll” (2014), que se puede ver en Vmeo y que, como todo en torno a esta mujer, surgió de forma casual: una madrugada en la que el veterano director de documentales Mick Csaky escuchó en la radio una entrevista con Gayle Wand hablando de una artista desconocida, cuando pincharon una de sus canciones, se levantó como un recorte y comenzó a recabar material sobre aquella rockera en internet.

Hermana es usted una mujer divina. La frase es de Bob Dylan: «Sister Rosetta Tharpe no es nada normal y sencilla; es una mujer grande, guapa y divina, por no decir sublime y espléndida. Es una poderosa fuerza de la naturaleza». Dylan es, junto a Johnny Cash, Little Richard, Eric Clapton o Etta James, uno de los muchos músicos influenciados por esta guitarrista y cantante nacida como Rosie Etta Atkins en la pequeña ciudad de Cotton Plant (Arkansas) el 20 de marzo de 1915 y criada en Chicago o, más bien, en las tiendas de campaña, iglesias y reuniones religiosas a las que asistía con su madre, Kattie Bell. Sus padres eran braceros sin tierras propias. Del padre, Willis Atkins, solo es conocida su afición por cantar mientras trabajaba. Su madre también cantaba en los oficios de la Church Of God in Christ (COGID), un credo pentecostalista extendido casi exclusivamente entre los creyentes afroamericanos y que destaca por su animado culto, la presencia de coros en sus misas, sus himnos y sus exuberantes expresiones de alabanza y adoración. Desde el principio de la música gospel, los miembros de la COGIC han influido en su ascenso.

A los 6 años Rosetta ya tocaba la guitarra y cantaba en los actos religiosos. Madre e hija –esta congregación permitía el apostolado femenino– llegaron a ser tan conocidas que se anunciaban con semanas de antelación. Con solo 19 años Rosetta se casó con un predicador, el primero de sus tres maridos, de quien adoptó su apellido, aunque le cambió una vocal: de Thorpe a Tharpe. Pasó así a ser la hermana (sister) Rosetta Tharpe.

Pocos años después, tras fichar con Decca Records, empezó una carrera que la convertiría en la primera megaestrella del gospel durante la que fue la época dorada (1945-65) de este estilo musical. Actuó en el Carnegie Hall, se convirtió en una de las cantantes preferidas para actuar ante las tropas estadounidenses de ultramar y consiguió meter por primera vez a la música religiosa en las listas de la revista “Bilboard” de rhythm & blues con el espiritual “Strange Thing Happening Every Day”. El tema, sincopado, bailable y sensual, está entre los citados como posibles precursores de un género que aún no tenía nombre pero estaba naciendo de la fusión del blues, el rhythm & blues, el country y el bluegrass: era el rock & roll, la música más popular del siglo XX.

Los estados meridionales de Estados Unidos son un crisol de géneros musicales donde se conviven el blues, los espirituales negros o el country. Sister Rosetta Tharpe, aunque partía de la tradición evangélica, fusionó todo aquello, desafiando clasificaciones y saltándose las normas sociales y culturales de la época, al incorporar elementos de gospel, blues, jazz, baladas populares, folk, country, rhythm & blues... Se hizo famosa desde el principio de su carrera, cautivando al público tanto blanco como afroamericano. Entre sus seguidores estaba un chaval de Tupelo llamado Elvis Aaron Presley, quien todos los días salía corriendo de la escuela camino a su casa para escuchar a Sister Rosetta Tharpe y a otros grandes cantantes de espirituales negros en la media hora diaria de gospel que ofrecía la cadena radiofónica WELO. Según un amigo de la escuela, llamado Billy Welch, Elvis nunca se perdía una actuación. Rosetta Tharpe y Elvis tenían mucho en común: ambos eran innovadores musicales que combinaban diversos géneros musicales para formar un sonido híbrido.

«Tharpe no solo sabía tocar la guitarra eléctrica: fue una precursora de Jimmy Hendrix a la hora de convertir su relación con el instrumento en un espectáculo en sí mismo –explica su biógrafa–. Desarrolló un estilo propio de pincking (punteo) de los dedos y definió su propia figura pública con mucho cuidado, viviendo en los límites del evangelio mientras que creaba una imagen de respetabilidad muy eclesiástica. Como era una mujer que podía superar a sus homólogos masculinos, manejó la sensación de ‘amenaza’ que podía provocar su virtuosismo en los hombres disimulándola con un humor desarmante y una buena dosis de decoro femenino»,

Dylan tenía razón: Sister Rosetta era de todo menos sencilla. Ninguna estrella de hoy en día, ni siquiera Madonna, habría osado, por ejemplo, convertir su boda con su tercer marido en un espectáculo: congregó a 25.000 personas en el Griffith Stadium de Washington D.C. en 1951 y las convirtió en «invitados» de quienes recibió regalos que iban desde televisiones hasta vajilla. De aquella actuación, en la que se casó vestida de blanco y tocando la guitarra, salió un disco doble editado también por Decca. Mientras se había unido y separado de la cantante de gospel Marie Knight, su protegida, con quien giraba en los años 40 anunciándose como “La santa” (Knight) y “La pecadora” (Tharpe).

Mujer poco convencional, no solo se atrevió a tocar la guitarra en público como ninguna mujer lo había hecho hasta entonces, sino que también vivió su vida libremente... aunque, para mantener la fachada de respetabilidad, tuviera que casarse. Según su biografía, Rosetta Tharpe era bisexual declarada y se narra una anécdota según la cual la luna de miel de ese tercer matrimonio la celebró con otro músico de su grupo y dos mujeres... en la misma cama.

El olvido es un blues. A finales de la década de los 50 la estrella de Rosetta Tharpe comenzó a perder brillo. Mientras que el rock & roll, el estilo que ayudó a crear, ganaba adeptos, ella siguió tocando y cantando en pequeñas salas estadounidenses y manteniéndose gracias a que en Europa la música negra americana estaba en auge y algunas de sus figuras, como «la madrina del rock», se habían convertido en personajes populares cuya influencia era reconocida por los jóvenes músicos británicos. Como dijo Bob Dylan: «Estoy seguro de que muchos chicos ingleses eligieron la guitarra eléctrica después de haberla escuchado a ella».

El vídeo que está circulando en internet corresponde precisamente a un programa de televisión grabado en Gran Bretaña con motivo de la gira europea que tuvo lugar en 1964, titulada “The Blues and Gospel Caravan”, en la que Rosetta Tharpe compartió escenario con los bluesmen Sonny Terry, Brownie McGhee y Muddy Waters. El público es infantil, lo que extraña un poco, y el escenario es una de esas extrañas invenciones sesenteras tan en boga en la época: una antigua estación de metro de Manchester se convirtió en la estación de tren de una ciudad ficticia llamada Chorltonville, una especie de recreación del sur vista con los ojos europeos. Allí llega en un coche de caballos Sister Rosetta Tharpe. Desciende, ayudada galantemente por el pianista Cousin Joe, se muestra encantada de pasar «el momento más maravilloso» de su vida... y entonces se coloca la Gibson SG y ataca con “Didn’t It Rain”.

Una lápida sin nombre. Pocos años después, en 1971, tuvieron que amputarle una pierna debido a la complicación de la diabetes que sufría. Ofreció algunos conciertos, los de mayor público principalmente por Europa, hasta que falleció dos años más tarde en Filadelfia, la ciudad donde vivía modestamente. Su funeral no fue multitudinario, todo lo contrario, y aquella gran reina del gospel fue enterrada bajo una lápida sin nombre en el cementerio Northwood. En 2009, se colocó una de mármol de color rosa pagada gracias a las donaciones privadas. Sobre él, una frase de su amiga Roxie Moore que dice lo siguiente: «Ella podía cantar hasta hacerte llorar y luego cantar hasta que bailases de alegría. Ayudó a mantener viva la iglesia e hizo disfrutar a los santos».

En el año 2011, el Gobernador de Pensilvania proclamó el día 11 de enero como el día de Sister Rosetta Tharpe y ese mismo año la revista “Premiere Guitar” la encumbró como «la heroína olvidada». Nombres como Chuck Berry, Muddy Waters, Elvis Presley, Little Richard o Jerry Lee Lewis quedaron grabados para siempre en el imaginario cultural, mientras que el de Rosetta Tharpe rara vez se ha recordado durante este tiempo. Tal vez ya era hora de que esto cambiase.