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SALUD

Nuevas especies: los falsos fenotipos


El peso ideal es aquel que nos confiere la mayor esperanza de vida y no es una medida exacta, sino una horquilla de peso en la que nos podemos mover y que se inclinará más hacia el límite alto o el bajo en función de otros factores.

No obstante, muchas personas se obsesionan por alcanzar una cifra concreta y para ello se pesan diariamente o, incluso, varias veces en el mismo día. Evidentemente no tienen en cuenta o desconocen que el peso puede fluctuar en no poca medida, casi 1 kilogramo, durante el transcurso de las 24 horas reglamentarias. Esta variabilidad parece estar relacionada más con la retención de líquidos que con el ingreso o gasto calórico. Otras personas, sin embargo, entre las que se incluyen la mayoría de los sanitarios apuestan por el famoso índice de masa corporal (IMC) que tiene en cuenta solo dos variables (talla y peso) para obtener un resultado con el que sabremos si nuestro peso actual es adecuado o no, y en que horquilla deberíamos situarnos.

¿Qué pasa si aplicamos esta fórmula? Pues que nos saldrían como pesos sanos dos valores (mínimo y máximo) con una horquilla (diferencia) de 18 kilogramos. Personalmente no me convence. Pero parece que no solo me ocurre a mí, ya que por suerte empiezan a proliferar en las revistas científicas de mayor interés estudios que buscan descubrir a esta nueva especie: los falsos delgados. Se trata de personas que tienen un peso normal de acuerdo a su estatura, es decir, estarían en esta horquilla del normopeso según el IMC, pero presentan características relacionadas con la obesidad, como deposición de grasa visceral, y un mayor riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular.

Y es que, recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de las Illes Balears y del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) han descubierto marcadores biológicos tempranos en sangre para identificar los riesgos de salud asociados al fenotipo de los falsos delgados.

Esta condición se asocia a la ingesta de dietas inadecuadas, ricas en grasas de escasa calidad o con exceso de azúcares simples y a una disminución de la actividad física. Los investigadores estiman que hasta un 20% de la población mundial podría encontrarse en situación de riesgo metabólico, pero estos individuos no serían diagnosticados debido a la ausencia del fenotipo (o imagen) típico de sobrepeso u obesidad, y en algunos casos podrían incluso no presentar alteración de marcadores sanguíneos clásicos como el colesterol y los triglicéridos, que puedan servir como señal de alarma, por lo que puede considerarse un serio problema de salud pública.

Por el lado contrario, hace tiempo que sabemos que padecer un fenotipo de obesidad no es siempre sinónimo de un estado de salud peor que mantener un peso adecuado. Por ejemplo, en un estudio publicado en 2013 en la revista “European Heart Journal” analizaron una muestra de más de 43.000 personas entre los años 1979 y 2003, y tras categorizarlos por grupos en función de su obesidad, resultó que entre un 30-40% de aquellos que estaban obesos eran al mismo tiempo metabólicamente sanos. Es decir, que a pesar de su imagen de obesos no presentaban las frecuentes alteraciones asociadas como colesterol alto, diabetes o tensión arterial elevada. De modo que mi consejo es que te olvides de la cifra y de la imagen, y te preocupes más por tu alimentación, que es preocuparte por tu salud.