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CINE

«Mother!»


Darren Aronofsky figura, para bien o para mal, en esa tipología de cineastas que jamás deja indiferente al espectador debido a que esgrime un estilo muy directo que a unos puede resultar muy perturbador y a otros, por el contrario, excesivamente estridente. Fanático confeso del dibujante Frank Miller, del escritor de ciencia ficción Philip K. Dick y Bruce Sterling –el creador de la serie clásica de televisión “La dimensión desconocida”–, este autor neoyorquino fue señalado desde sus inicios y tras su impactante tarjeta de presentación titulada “Pi: fe en el caos” (1998) como uno de los realizadores jóvenes que mayor repercusión logró en el cine moderno, junto a Paul Thomas Anderson y Wes Anderson. Ello se ha debido a que su discurso se asienta en un estilo visual muy directo y que a ratos funciona como un martillo pilón, como ocurre en la recta final de “Réquiem por un sueño” (2000). Unas historias influenciadas por el estilo de David Lynch que tienden a alejarse de lo rutinario y un perfil de personajes que, tal y como señala Mikhail Page en su estudio “Darren Aronofsky y su visión del héroe trágico”, han sido muy influenciados por el romanticismo clásico y, sobre todo, se fundamentan en el trayecto que recorre el héroe trágico. «Este concepto –afirma Page en su estudio– es plasmado por el realizador en gran parte de sus películas, recorriendo así el trayecto de su historia bajo algunos preceptos similares al de la concepción hegeliana del nuevo héroe trágico, muy diferente al del neoclásico francés y de la tragedia griega. Características similares que son aplicadas por el cineasta en sus películas y que han tenido grandes resultados de efectividad en la composición del personaje principal y que prácticamente se hace cargo del tono total de la película y termina rigiendo la historia, llenándola de matices donde predomina la pasión sobre la razón y enfocándose en la lucha interior del individuo».

El director de la oscarizada “Cisne negro” (2010) nació hace 48 años en Brooklyn. Su debut en la gran pantalla se produjo en 1998 con “Pi: fe en el caos” y si bien su nombre sonaba en los círculos del cine independiente tras su abrumadora adaptación de la novela homónima de Hubert Selby Jr “Réquiem por un sueño”, su celebridad alcanzó mayores cotas con “El luchador”, en 2008. Este drama enmarcado en la trastienda de la lucha libre y que fue protagonizado de manera brillante por un crepuscular Mickey Rourke, fue reconocido por la industria con el León de Oro en el Festival de Venecia. A mitad de camino queda la fallida visión de la muerte en “La fuente de la vida” (2006) y su aparatosa y vacía visión del llamado “Diluvio Universal” reflejada en “Noé” (2014). Tres años después, Aronofsky regresa a la gran pantalla con un thriller de terror titulado “Mother!” que ha despertado una gran expectación a raíz de la publicación de su primer cartel promocional. Creado por el artista neoyorquino James Jean, está presidido por la protagonista Jennifer Lawrence, la cual aparece vestida de blanco y rodeada de una exuberante vegetación mientras, con una actitud de inquietante impasibilidad, nos ofrece el corazón que ha arrancado de su propio pecho. En cuanto a su trama, lo poco que se sabe de ella gira en torno a los conflictos que generará en la rutina cotidiana y sentimental de una pareja –Lawrence y Javier Bardem– la inesperada irrupción de otra pareja encarnada por Michelle Pfeiffer y Ed Harris.

Escrita por el propio Aronofsky, la historia se centra en las jornadas de pesadilla que se viven en el seno de un hogar en el que la protagonista debe afrontar una serie de situaciones inquietantes que, si bien enriquecerán el imaginario creativo de su pareja, un poeta que busca firmar su gran obra, les guiarán hasta el mismísimo límite de la cordura.