XANDRA ROMERO
SALUD

Desayunos polémicos

No es la primera pero, sin duda, tampoco la última vez que hablemos en esta sección de los desayunos. Y es que, aunque pueda parecer un tema demasiado trillado, lo cierto es que vuelve a saltar a la palestra y, de nuevo, cómo no, llega cargado de polémica.

Quizá hayan escuchado algo sobre una madre, de profesión nutricionista, que subía hace escasas semanas un tuit en su cuenta personal explicando el desayuno que daba a su hijo. Hasta aquí todo normal; no obstante, el tuit iba acompañado de una imagen de su hijo desayunando y el siguiente texto: «Mi hijo no sabe lo que es una galleta. Él es feliz desayunando garbanzos». Solo esto ha bastado para causar un enorme revuelo en Twitter. Y no crean que exagero; en apenas dos días ha conseguido más de 3.000 “Me gusta” y ha sido comentado incluso en numerosos periódicos.

No negaré que el hecho de que se hable sobre alimentación me agrada. Sin embargo, me he quedado bastante preocupada con algunas de las críticas recibidas por este tuit.

Algunas de ellas, de este estilo:

–«Cuando crezca, probablemente te odiará y se irá de casa para siempre».

–«¿Tenemos malos hábitos porque no desayunamos garbanzos como tu hijo? ¿Te crees que alimentas mejor a tu hijo que otros padres? Cada uno que se alimente como le de la gana».

No pienso ni siquiera entrar al trapo de discutir o razonar algunas de estas “críticas”. Pero sí me han hecho plantearme una serie de cuestiones que me gustaría pudiésemos pensar juntos:

Para empezar, quiero resaltar, por ejemplo, que el número de casos de obesidad infantil a nivel mundial ha pasado de 11 a 124 millones de niños y niñas entre 1975 y 2016, según un estudio elaborado por el Imperial College London y la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS asimismo, revela que en el Estado español se ha cuadruplicado la prevalencia de esta enfermedad en el mismo periodo. A parte de la preocupante situación de nuestra población infantil, recordemos que a los expertos nos preocupan además las consecuencias del aumento excesivo de peso durante los primeros años de vida, pues sabemos a ciencia cierta que está claramente asociado con un mayor riesgo y aparición temprana de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, además de peores resultados psicosociales y educativos, y que tiene una fuerte asociación con la mortalidad y morbilidad de los adultos.

Por otro lado, debemos saber que “dar de comer” y “alimentar”, no son sinónimos.

En los supermercados hay mucha comida pero no todo son alimentos nutritivos. Es por esto que creo firmemente que si no podemos encontrar tanto para nosotros como para nuestros hijos e hijas otras opciones para desayunar que no sean galletas, cereales azucarados, bollería, mantequilla, cola-cao o nesquick, “yogures” bebibles o de sabores (no son yogures) y zumos de brick, tenemos un serio problema.

Y para terminar, una breve comparativa:

Las galletas tipo María están hechas de harina refinada, grasas perjudiciales o de baja calidad nutricional y suponen un 10% de grasa saturada y un aberrante 27% de azúcar. Los garbanzos, en cambio, son 100% legumbre que aportan por ración, 3,6 gr de grasas, la mayoría poli y monoinsaturadas, 37 gr de carbohidratos, de los cuales la mayor parte corresponden a fibra, y 12 gr de proteínas.

De modo que desayunes o no desayunes, haz lo que quieras; pero si vas a desayunar, elige alimentos nutritivos, entre los que se encuentran por supuesto los garbanzos, así como una grandísima variedad de alimentos.