Un error frecuente en el diseño de una plantación consiste en agrupar especies de formas similares y redondeadas, con un resultado que resulta aburrido. Para añadir vivacidad y un toque dramático, es necesario incluir un elemento vertical. Este efecto se puede conseguir con arbustos de forma fastigiada columnar estrecha, columna ancha o formas cónicas alargadas, asociadas con hierbas de tallos arqueados. Debido a su forma con poca superficie, resisten bien el viento y el peso de la nieve.

Para evitar el futuro trabajo de poda, es importante escoger arbustos cuyo tamaño adulto se adapte al del jardín. Los arbustos de porte columnar o piramidal, por ejemplo, se pueden cultivar en un metro cuadrado de superficie; solo las plantas trepadoras ocupan menos espacio. En la terraza, los arbustos erectos también cumplen la función de crear transiciones con los arbustos de mayor diámetro.

Contamos con variedades columnares en las populares coníferas y arbustos pequeños caducifolios. Son coníferas como el ciprés de Lawsons, que alcanza una altura de metro y medio; de porte fastigiado, tiene acículas azuladas y ha venido a sustituir al ciprés italiano Stricta, que no resiste los inviernos severos. Además, combina muy bien con arbustos que contrastan con la textura de sus hojas como mahonias, osmanthus y photinias, entre otros.

Estas coníferas son apropiadas para jardines pequeños, de tierra de brezos y rocalla: Juniperus communis, Hibernica, Thuya occidentalis, Smaragd de acículas verde oscuro, el tejo fastigiado dorado Taxus baccata, Aureomarginata de acículas amarillentas de un metro y lento crecimiento.... Otro tejo, el Hicksii, de tonos verde oscuro y porte columnar, también es interesante por sus numerosos frutos.

Entre las caducifolios contamos con el carpe Carpinus fastigiata, que forma una columna compacta de follaje verde claro y alcanza entre 4 y 7 metros. Y el Liriodendron tulipifera fastigiata, que en otoño se transforma en un cilindro dorado. Para espacios limitados, el serbal Sorbus x thuringiaca fastigiata, de flores blancas a las que suceden frutos rojos y brillantes, es una opción realmente muy buena.