7K - zazpika astekaria
SORBURUA

Asociaciones interesadas


Paseando por la orilla del río Urumea, he encontrado una higuera con porte arbustivo recubierta de un rosal blanco o eglantina (Rosa Canina). Es una asociación atractiva, porque la higuera sirve de soporte por el que trepa la rosa y ésta atrae a los insectos, quizás a la avispilla, necesaria para polinizar la higuera.

Buenas asociaciones son aquellas en las que los dos socios obtienen beneficio por su colaboración. En la huerta encontramos muchos ejemplos de ello, como la zanahoria y el tomate: además de aligerar el suelo en profundidad por medio de su raíz pivotante, la zanahoria aleja los pulgones y el tomate le devuelve el favor con su fuerte olor repulsivo para la mosca de la zanahoria. La zanahoria también aleja la mosca de la cebolla y ésta ahuyenta, a su vez, a la mosca de la zanahoria. El puerro hace lo mismo y, como contraprestación, la zanahoria hace huir a la tiña del puerro.

Más ejemplos: las cebollas son indispensables en los cultivos asociados porque evitan enfermedades criptogámicas como el mildiu y la podredumbre en otras plantas. La lavanda, por su parte, ahuyenta a las hormigas ayudando a las rosas atacadas por los pulgones, y las flores de los tagetes excretan una sustancia que ayuda a suprimir nematodos parásitos. Finalmente, las capuchinas se sacrifican atrayendo a los pulgones que atacan a otras plantas.

Una combinación establecida desde muy antiguo es la de las rosas plantadas cerca de la cepas de los viñedos. Porque las vides y las rosas tienen un enemigo común, el hongo que produce oídio, y cuando el viticultor observa que el rosal es atacado por este, puede prevenir la enfermedad e intervenir de manera rápida sulfatando sus viñas.

También es conocida por sus ventajas la asociación denominada “precolombina”: maíz, judías y calabaza. El maíz aporta sombra y enramado por donde trepan las judías, las judías enriquecen el suelo fijando el nitrógeno y la calabaza desprende sustancias alelopáticas que inmunizan los otros cultivos.

Por el contrario, también existen malas asociaciones: las fresas, los rabanitos y los tomates no soportan a los berros; el nogal inhibe el crecimiento de sus vecinos; el eucaliptus esteriliza el suelo, impidiendo la germinación de las semillas cercanas. Otras plantas tienen un efecto desagradable, como la patata, que no deja desarrollar bien a las calabazas, y estas, a su vez, estropean el gusto de los melones próximos.