Acolchado del suelo
Mulching, pailler, pajote o capote son algunos de los nombres con los que se conoce el acolchado o cobertora con el que se protege el suelo, en verano para evitar que se exponga al aire y se deseque – además limita riegos–, y en invierno para proteger las plantas del hielo. Con el acolchado la superficie queda totalmente cubierta, mantiene la humedad y el calor ayudando a generar los nutrientes beneficiosos para las plantas. También eleva la temperatura del suelo alrededor de la planta creando un microclima que mejora las condiciones para su desarrollo.
En realidad, el acolchado es una copia de la naturaleza donde los suelos desnudos no existen. Lo observamos durante un paseo por el bosque; sobre el suelo se forma una capa de varios centímetros de hojas y ramas caídas, blandas y crujientes a nuestro paso, con el agradable olor característico del humus, la materia orgánica que se va descomponiendo gradualmente.
El acolchado orgánico, compuesto de elementos vegetales, puede resultar de la descomposición durante semanas de cortes de césped y durante algunos meses para los cortes de madera. La corteza de pino acidifica el suelo a utilizar solo para plantas de tierra de brezo. Residuos de tallos, ramas y arbustos podados irán bien a las plantas perennes, árboles y setos. Para los vegetales de ciclo de vida corta, mejor hojas muertas y paja de cereales.
La cobertora de plástico, más o menos degradable, es antiestética. Las telas de yute son una opción apropiada para proteger taludes y los bordes de un estanque. El acolchado mineral no es degradable y dura siempre. Le va bien a las plantas de rocalla que necesitan calor. El pouzzolane, una roca que proviene de los vertidos volcánicos ricos en sílice, tiene unos agujeros que aseguran el aislamiento térmico. Otra alternativa pueden ser las bolas de arcilla, guijarros o trozos de pizarra, que resultan decorativos y prácticos.
Hay que desherbar el suelo antes de colocar el mulching, ya que este no es un desherbante, con precaución de no cubrir el cuello, la unión de tallo y raíz para evitar su pudrición. Para las plantas sensibles irá bien un acolchado de paja o helecho aireado. Es recomendable evitar colocar el acolchado en días ventosos y en suelos helados. Regar antes y después de su colocación.