18 OCT. 2020 CONSUMO Compras por internet BERTA GARCIA La modalidad de comprar por internet o e-commerce ha crecido durante la pandemia de forma exponencial. Los tramos de edad se han ampliado y los problemas y reclamaciones han crecido en proporción, sobre todo en la cuestión de costos por devolución que la clientela tiene que asumir y que en muchos casos desconoce. Sobre qué derechos tiene la persona consumidora en las compras a distancia (así se contempla esta modalidad), la ley señala que «antes de que el consumidor quede vinculado por cualquier contrato a distancia, el empresario debe facilitar de forma clara y comprensible información sobre el precio total de los bienes o servicios, incluidos impuestos y los gastos de transporte o entrega». Por lo tanto, los gastos de envío son uno de los elementos esenciales en el contrato. De esa forma, por la misma regla también los costes de devolución, por ejemplo, en el caso de que ejerza el derecho de desistimiento de la compra, que le faculta al consumidor a devolver el producto sin necesidad de justificar su decisión y sin penalización de ninguna clase, en el plazo de catorce días. La normativa señala que «el consumidor deberá asumir los costes directos de devolución de los bienes, salvo en dos supuestos: (1) si el propio empresario se haya ofrecido él mismo a recogerlos y (2) si el empresario no le ha informado previamente que le corresponde asumir esos costes [art. 97.1 j) TRLGDCU]». Por tanto, procederá el cobro de los costes de devolución siempre que se haya informado previamente de ello a la persona consumidora. En el comercio electrónico. Además de estos dos supuestos o excepciones, también estará exento en el también conocido como comercio electrónico en el caso de recibir un producto defectuoso. Entonces será el vendedor quien asuma los costes, incluidos los posibles daños causados a los productos desde el momento de su expedición hasta la recepción por el consumidor. Es decir, que si el vendedor es quien encarga el transporte de la mercancía hasta la entrega al consumidor, será el responsable del riesgo de pérdida o deterioro. El e-commerce está en alza, aunque también tiene sus inconvenientes.