GOTZON URIBE
MÚSICA

Cordovas

El nuevo disco del grupo Cordovas se llama “Destiny Hotel” y es una obra de poesía salvaje y abandono ambientada en una gloriosa colisión de folk, country y rock’n’roll. Es un importante hito creativo para la banda con sede en Tennessee formada por el cantante y multiinstrumentista Joe Firstman, el tecladista Sevans Henderson, el guitarrista Lucca Soria y el multiinstrumentista Toby Weaver. El álbum atrapa y sintetiza la energía que desprenden sus directos mientras elevan su composición a un nivel completamente nuevo, más sofisticado. El resultado es una serie de canciones que rumian y exaltan con igual intensidad invitando a una celebración sin fin.

Grabado en Los Ángeles y producido por Rick Parker (Lord Huron, Beck, Black Rebel Motorcycle Club), “Destiny Hotel” amplía el rock de raíces empapado de armonía que encontrábamos en “That Santa Fe Channel”, su disco del 2018. Antes de dirigirse a Los Ángeles, Cordovas pasó más de tres meses en su segundo hogar en Todos Santos –una comunidad de artistas en la península de Baja California en México–, dibujando docenas de canciones influenciadas por lecturas de autores como el mitólogo Joseph Campbell, el poeta y novelista Rainer Maria Rilke y el maestro espiritual Eckhart Tolle. Una semana antes de la llamada al confinamiento, consiguieron grabar aquellas canciones que tenían ya montadas y sintetizar en estas diez nuevas piezas todo un recorrido vital por el rock americano de raíces.

Mientras el oyente se sumerge en las melodías de “Destiny Hotel”, el disco se va desplegando en una temática que abarca el miedo, el ego y la autoliberación, positivizando cada matiz y consiguiendo que el álbum irradie una alegría absoluta y centralizando en cada una de las canciones la importancia comunal que tiene la familia para ellos.

En el sencillo principal que da nombre al disco, canalizan su alegría en una reconfortante canción de soul. Es un ejemplo más de un trabajo que muestra referencias, entre otras, a artistas del country y al Dylan de mediados de los 60. “High Feeling” es otra canción –incluye la producción, las guitarras y mezclas de Adrian Quesada de los Black Pumas– que habla de la euforia que se siente cuando se consigue deshacerse de todo lo que ata a la persona. «Abre tu corazón, deja que el amor entre por la puerta, abre tu mente. Esos somos nosotros diciéndote directamente qué hacer y, con suerte, de una manera que se parece más a Bob Marley que a un tipo que toca música new age y que piensa que está salvando al mundo», señala con ironía Firstman.

CD AIPAGARRIA

 

Jason Joshua

“Alegría y tristeza” • Mango Hill, 2020 • Soul

El saxofonista Paul Shapiro es uno de los pocos que supo integrar el soul orgánico y el R&B con la tradición musical judía, tanto en lo musical como en los textos, de una manera convincente y original. Su cuarto álbum para Tzadik, el sello que dirige el gurú John Zorn, se publica dentro de sus denominadas Radical Jewish Culture series. Shapiro forma parte de la escena judía de la música experimental neoyorquina. Está respaldado por su cuarteto de gira, compuesto por el batería Tony Lewis, que ha tocado en cada uno de los álbumes de Shapiro; el guitarrista Marc Ribot, de muchos de los proyectos relacionados con la Masada de Zorn, y el contrabajista Brad Jones. Un disco referencial para acercarse a la escena, siempre tan avanzada, de la música experimental hecha en Nueva York.