En un edificio del barrio Yungay de Santiago de Chile, STFI Leigthon ha pintado este mural como parte de la campaña «Rompiendo barreras por la igualdad de género». La artista chilena –que desde 2013, entre otras cosas, ha dejado su impronta con 40 murales repartidos entre ocho países de Sudamérica y Centroamérica– es autodidacta y partidaria de la multiculturalidad. Lo ha dejado claro llenando de color un total de 26 pisos y convirtiendo el mural en uno de los más altos de Chile, como bien se puede apreciar en esta vista aérea. Indudablemente, STFI Leigthon ha conseguido dar visibilidad a un asunto fundamental y ha ido más allá abogando también contra la desigualdad económica y social, que en su opinión requiere «una transformación urgente y necesaria», ha dicho.

Arte urbano, en las alturas y ecologista, porque la obra, que mide 60 metros, se realizó con una pintura ecológica compuesta por una base de cal en pasta artesanal, que durante su proceso de secado absorbe CO2 y reduce las partículas contaminantes nocivas. En la realización ha colaborado activamente Lira Arte, una productora alternativa que promueve profesionalmente el arte “callejero” y el trabajo de grafiteros y muralistas. Por cierto, la campaña está patrocinada por una marca de zapatillas, las centenarias y legendarias Converse. Seguramente se puede decir más alto e incluso más claro pero, de momento, parece suficiente.