Teresa Moleres
SORBURUA

Flores, los pigmentos del jardinero

Algunos pintores crearon sus jardines de la misma forma que combinaban los colores en su paleta para realizar sus cuadros. Monet cultivó su jardín en Giverny para pintarlo; seleccionaba flores campestres que plantaba en grandes cantidades para que sirvieran de modelo a sus cuadros. Gertrude Jekyll aplicó las reglas de la composición pictórica y teoría del color a sus diferentes escenas del jardín. J. Hubbard es de estilo más abstracto pero su sentido de los ritmos del color se transparenta en el diseño de su jardín.

En el jardín, los “pigmentos” de la paleta utilizados son árboles, arbustos y sobre todo muchas flores. Un contraste de colores primarios, como azules y amarillos, en la naturaleza puede resultar chillón. En los jardines actuales se estilan colores complementarios como el violeta y el naranja, y todas las variables posibles entre los dos. Como estas asociaciones son menos comunes en la naturaleza, hay que buscar y encontrar entre las variedades de plantas aquellas nuevas que nos aportan el color exacto elegido.

Puede ser difícil seguir la tendencia moderna de varios tonos en la pintura monocroma y trasladarla al jardín. Resulta bonito un macizo compuesto únicamente de un solo tono al que se le añade una pincelada de color complementario para dar profundidad y contraste al tono principal elegido. En un macizo con flores de tonos azules se inserta una planta con flores de amarillo pálido y trasparente. El amarillo hará resaltar los tonos azules que solos resultarían monótonos. Si después de la floración el resultado de esta combinación de colores no nos parece suficientemente atractiva, siempre se puede rectificar introduciendo nuevas plantas para la próxima estación, al igual que hace el pintor en su cuadro añadiendo o quitando capas de pintura hasta fijar su idea.

Como en la pintura, con los colores del jardín contamos con trucos: tonos neutros que van bien con todo, como el blanco o el gris que son los comodines para suavizar colores muy fuertes; plantas de follaje gris y de floración blanca para neutralizar las plantas llamativas. Por el contrario, si queremos hacer más visible un color, habrá que combinarlo con plantas de tonos oscuros para darle mayor realce.