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SALUD

Minerales que protegen de la depresión


Cuando hablamos de la importancia de una buena alimentación nos viene a la cabeza que, seguramente sea para mantenernos “sanos”, jóvenes y con buen aspecto. La nutrición juega un papel fundamental en el desarrollo del sistema nervioso: el cerebro utiliza o consume del 20-27% de la tasa metabólica corporal total (calorías que necesitamos para estar vivos), por lo que obviamente el estado nutricional es importante en la salud mental, y una mala nutrición puede contribuir a la génesis de diversas enfermedades, y cualquier descompensación de algunos nutrientes podría llevar a alteraciones que desemboquen en patologías psiquiátricas como la depresión.

Además, sabemos que la calidad de la dieta es importante en la producción de algunos neurotransmisores como la serotonina y la dopamina cuya función es recibir y liberar material sináptico, el cual contiene información para cada una de las complejas actividades que realizamos: pueden regular funciones como la atención, los estados emocionales y las funciones de los demás órganos. Si bien es cierto que una vez diagnosticada una enfermedad psiquiátrica debe ser tratada farmacológicamente, también lo es que una adecuada alimentación que incorpore aquellos elementos que puedan contribuir de alguna forma a la mejoría de la sintomatología de estas patologías, e incluso que mejoren la actuación de algunos fármacos, puede ser interesante.

En el caso de la depresión, las evidencias científicas sugieren que existe una correlación inversa entre esta patología y el nivel en sangre de algunos minerales como selenio, zinc, hierro y magnesio. En primer lugar, del selenio se puede destacar su importancia en la función de una proteína con alta capacidad antioxidante que va a ayudar a que no se oxiden las membranas grasas cerebrales, importante para el desarrollo de la depresión. Pacientes con dicho diagnóstico tienen elevados niveles de oxidación de las membranas celulares ya que el cerebro es un gran consumidor de oxígeno y, por tanto, es un buen candidato para sufrir reacciones de oxidación. Además, la concentración de antioxidantes en el cerebro es baja, con lo cual el riesgo de sufrir daños debido a los radicales libres generados aumenta, hecho que ha demostrado estar significativamente asociado con las depresiones mayor, menor y post parto.

El selenio forma parte de proteínas implicadas en el metabolismo de las hormonas tiroideas, las cuales se sabe que están implicadas en las manifestaciones neuropsiquiátricas, como son las alteraciones del ánimo. ¿Qué alimentos contienen selenio? El cangrejo, hígado, gambas, huevos y pescados.

En segundo lugar, un déficit de magnesio en el ser humano genera una alteración neuromuscular que se manifiesta como sobreexcitabilidad y desórdenes del estado de ánimo. El magnesio es un neuromodulador muy importante que va a tener su implicación en la estabilidad del sistema neuromuscular, el cual se ve afectado en la depresión. Los neuromoduladores se definen como sustancias que alteran la forma en que los nervios se comunican entre sí y, en consecuencia, el nivel de actividad general del cerebro. Los alimentos ricos en magnesio son sobretodo lentejas y garbanzos, nueces, avena y las verduras de hoja verde. También el zinc es un mineral importante ya que se encuentra en unas vesículas de las neuronas donde se almacenan los neurotransmisores, lo cual indica que está implicado en la neurotransmisión, que es aquello que está alterado en la depresión. Posee otras funciones biológicas en el crecimiento, apoptosis (muerte) y metabolismo celular y en la regulación de funciones endocrinas, inmunológicas y neuronales implicadas en la génesis de la depresión. Son ricos en zinc las ostras, el hígado y el lomo de ternera y los piñones.

Un déficit de hierro altera el proceso de formación de la membrana grasa que recubre las neuronas y es imprescindible para la transmisión de la información. Si falta hierro se altera el metabolismo y funciones de los neurotransmisores, los procesos oxidativos y el metabolismo de las hormonas tiroideas. La disminución de reservas cerebrales de hierro puede deteriorar la actividad de las proteínas dependientes del hierro que son necesarias para la formación, la función y la degradación de la dopamina, la serotonina y la noradrenalina, neurotransmisores implicados en la génesis de la depresión. El hierro está en carnes rojas, hígado, moluscos y legumbres.

De modo que queda demostrado que una buena alimentación va más allá de lo físico y que es importante para prevenir y mejorar la sintomatología de las enfermedades, también las mentales.