Jone Buruzko
IRUDITAN

Los cócteles de Bangkok

Algunos bares de Bangkok han encontrado una “alternativa” a la prohibición temporal de servir alcohol en tiempos de covid, cuya venta actualmente está prohibida en Tailandia. Se llama kratom (Mitragyna speciosa) y es una planta tropical de la misma familia que el café con efectos estimulantes en pequeñas dosis, sedantes en altas dosis y droga recreacional que además se usa en la medicina tradicional como anestésico contra el dolor, la ansiedad, el insomnio, la diarrea e incluso frente a la adicción a los opiáceos, ya que sus efectos son más suaves. Utilizada durante siglos en el sudeste asiático, fue retirada de la lista de productos prohibidos por el Gobierno tailandés el pasado agosto. En bares como el de la fotografía se ofrece en cócteles llamados mocktails (cócteles sin alcohol), cada vez más populares, a casi cuatro euros la copa frente a los diez que cuesta un Gin Tonic. El sector, muy tocado por la ausencia de turismo, se prepara para la reapertura tras meses de inactividad nocturna para combatir la propagación del coronavirus en un país que ha registrado 1,7 millones de casos. Los dueños de algunos negocios han ignorado la prohibición y han servido alcohol disimulado en recipientes como tazas o latas de refrescos. Otros se han lanzado a la coctelería. Aseguran que el sabor amargo de las hojas de kratom, que también se mastican, equilibra la dulzura de otros ingredientes. Hay combinaciones múltiples. Un cliente que degusta un cóctel de kratom, agua con gas y lima describe: «Sabe a ciruela picante. Es refrescante».