Teresa Moleres
SORBURUA

Año nuevo, plantación nueva

Las plantas con raíz desnuda se plantan directamente en tierra durante su periodo de reposo, incluso aunque tengamos que cortar parte de sus raíces. Con este sistema se instalarán mejor y más rápidamente que los ejemplares comprados en contenedor. La excepción a esta forma de plantación son las coníferas y algunas persistentes: magnolia, mimosa, arce... La explicación es sencilla, una planta en tierra desarrolla y ramifica sus raíces en todas las direcciones, sin embargo, en un contenedor cuando tocan el fondo tienden a subir por las paredes y luego plantadas en tierra tienen dificultad en tomar la buena dirección. En tierra un árbol o arbusto arrancado con todas sus raíces, incluso las cortadas, genera nuevas raíces en todas direcciones facilitando el enraizamiento con mayor rapidez.

Además, las plantas cultivadas en tiesto o contenedor son más caras por el tiesto de plástico y porque necesitan abono de turba; por el contrario las plantas de raíz desnuda plantadas directamente en tierra apenas necesitan fertilizante. Antes de comprar, verificar que las raíces no estén secas, que las raíces gruesas no estén rotas y que las raíces pequeñas sean numerosas, excepto en los rosales. Se ve si están bien cuidadas cuando la tierra se mantiene húmeda. Para evitar que se sequen durante el transporte, envolver las raíces en plástico o con papeles húmedos. Ya en el jardín o huerto, y siempre para evitar que se sequen será conveniente colocar la planta en un hoyo con tierra o arena.

La tierra del hoyo de plantación debe estar trabajada en unos 50 cms de profundidad con un diámetro de alrededor de 1m a 1,50m. Antes de colocar las raíces les irá bien un baño con una papilla compuesta de tierra arcillosa y agua. En el momento de colocar las raíces procurar no retorcerlas y, muy importante, colocar el cuello a la misma profundidad que en el vivero, por encima del suelo sobre todo si es arcilloso. Los fracasos, hasta un 90%, se deben a que la planta está muy hundida. Rellenar bien los huecos entre las raíces con la tierra para que no quede aire. Para acabar, aplastar ligeramente la tierra con los tacones y regar moderadamente. Una capa de hojas muertas les protegerá del frío hasta su arranque el próximo año.