Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea / Redactor especializado en internacional
2022: Neguak uda noiz edertuko zain

EEUU ve cómo se le abren sucesivos frentes

Tras la accidentada llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, y desactivados los efectos del asalto ultra al Capitolio el 6 de enero para impedir su nominación, no faltaban los análisis, en EEUU, y en Occidente, que no solo daban prematuramente por políticamente muerto al expresidente Donald Trump, sino que auguraban un regreso de la «potencia herida» a sus laureles.

Pero la realidad geopolítica es tozuda. Tras unos primeros 100 días en los que el veterano presidente católico de origen irlandés pareció afrontar con éxito el desastre de la gestión de la pandemia de su predecesor con un impulso a las vacunas y anunció programas multimillonarios en materia de inversiones sociales y en infraestructuras, el gigante con pies de barro volvía a tropezar en la polarización bipartidista –con el negacionismo incrustado en el alma republicana– y con las zancadillas del establishment demócrata, renuente a un cambio real en la dinámica política del país.

Eso en el ámbito interno. En el internacional, EEUU acumula frentes mientras no consigue desasirse completamente de los que abrió a principios del milenio por iniciativa de los neocons.

El todavía país más poderoso del mundo se retiraba de Afganistán para centrarse en el Indo-Pacífico y en China, su verdadero rival y que aspira a sucederle en el cetro en unos pocos decenios.

Tras el sonrojo por una retirada que por momentos recordaba a la de Saigón en la guerra de Vietnam de los sesenta-setenta, Washington cerraba una alianza militar con Gran Bretaña y Australia (AUKUS) que, además de tardía para enfrentarse al desafío chino, despertaba suspicacias en sus aliados de la UE.

En esas estaba cuando la Rusia de Putin decidía jugar sus cartas moviendo tropas hacia la frontera de Ucrania, nuevo quebradero de cabeza para el Pentágono.

EEUU deberá afrontar en 2022 todos esos flancos, y sobre todo el de China, a la que la decisión de Washington de boicotear diplomáticamente, que no deportivamente, los Juegos Olímpicos de Invierno de febrero, le suenan más a pataleta que a otra cosa. Como a Rusia las amenazas de sanciones por su presión a Ucrania. ¿Más sanciones? Ya se sortearán, en su caso.

Houston tiene más de un problema.