Berta Garcia
CONSUMO

Economía circular

La economía lineal del “usar y tirar” tiene sus días contados si administraciones públicas, empresas y personas consumidoras lo hacemos bien y con ganas de que la salud medioambiental mejore.

Estamos en plena transición de una forma de producción y consumo a otra, denominada economía circular, que supone el aprovechamiento máximo u optimización de las materias primas o recursos, reduciendo todo lo que sea posible la generación de residuos. Es decir, que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible y reduciendo al máximo la generación de residuos.

Por su parte, los poderes públicos ya se han decidido a dar un paso con el Proyecto de Ley de residuos y suelos contaminados, que, con mucho retraso, ha pasado el trámite del Parlamento español para ser aprobado por el Senado. Al texto inicial se han incorporado varias enmiendas que incluyen nuevas tasas a distintos conceptos de residuos, la posibilidad de prohibir fumar en playas o liberar de forma masiva globos al aire, que quedará a decisión de los ayuntamientos.

Hay novedades interesantes cuyo cumplimiento o no va a depender tanto de empresas como personas consumidoras. Por ejemplo, la consideración de ciertas particularidades en las tasas municipales de residuos, como la participación en compostaje doméstico o comunitario o las situaciones de familias y personas en riesgo de exclusión social. Por otro lado, establece nuevas obligaciones para los fabricantes a la hora de proporcionar información sobre la posibilidad de reparar los productos eléctricos y electrónicos. Y prohíbe la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos, como textiles, juguetes y aparatos eléctricos, entre otros, que deberán preferentemente destinarse a reutilización y reciclado.

Para reducir el consumo de envases, y como anécdota, en los establecimientos de hostelería y restauración tendrá que ofrecer a los clientes la posibilidad de consumo de agua de grifo gratuita. La ley da para mucho y seguiremos hablando...