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SALUD

La edad de los hijos y la capacidad para tomar decisiones dietéticas


Este artículo pretende plantear una serie de cuestiones que van mucho más allá de lo estrictamente nutricional o dietético. Asistimos a un escenario post cuarentena en el que, por un lado, se ha producido un incremento de obesidad entre niños y adolescentes, y, en el otro lado, también han incrementado las cifras de los trastornos de la conducta alimentaria en el mismo sector de la población.

Asimismo, la evidente responsabilidad que parece estar trasladándose a los niños y adolescentes de tener que salvar, casi literalmente, el planeta, ha hecho que muchos planteen en sus casas las opciones vegetarianas desde muy jóvenes. Pero ¿qué deberían hacer los padres ante una petición de iniciar una dieta de adelgazamiento, un cambio de los alimentos y productos (ligth, sin gluten, sin azúcares añadidos etc.) o querer tener una alimentación vegetariana por parte de sus hijos menores?

En primer lugar, el contexto general implica que, el derecho a la alimentación es un derecho fundamental de todos los seres humanos, ya que el alimento es un elemento esencial sin el que no podemos vivir. En segundo lugar, un contexto “legal” señala que, la alimentación de los hijos que se encuentran bajo la patria potestad, es responsabilidad de los padres, lo que supone que éstos deberían velar por sus hijos hasta que se extinguiera la patria potestad.

Así, padres y sanitarios –pediatras, dietistas-nutricionistas– tienen la responsabilidad de educar al niño en una alimentación adecuada. Por ello, es importante que los tutores de los niños, tengan una educación nutricional mínima o, al menos, sepan a qué profesionales pueden y deben consultar si tienen cualquier problema o duda.

Además, es importante tener en cuenta que en estos cambios de la dieta, influyen factores de tipo psicológico, es decir, los hábitos son una parte importante de la conducta humana, lo que implica que la alimentación humana no es solo una cuestión fisiológica, sino que se incluye en el campo psicosocial.

Por lo tanto, teniendo en cuenta todo esto ¿puede un menor, elegir realizar una dieta de adelgazamiento?. Si un menor pide a sus padres realizar una dieta con la finalidad de perder peso, sufra o no un sobrepeso u obesidad, es importante recordar que, un menor, necesita una dieta suficiente para el crecimiento y desarrollo puberal así como cognitivo etc. por lo que es necesario consultar a un pediatra y dietista-nutricionista titulado para que valore cada caso concreto y decida si es conveniente o no.

¿Puede un menor decidir cambiar su alimentación incluyendo alimentos sin azúcar, sin gluten, desnatados etc.?. La misma respuesta. Realizar estos cambios sin supervisión profesional en una edad que supone tanta demanda energética y nutricional puede desembocar en carencias nutricionales y en un trastorno de la conducta alimentaria.

Y finalmente, sobre si pueden ser o no vegetarianos, es cierto que este tipo de alimentación, siempre y cuando esté bien planificada, puede ser apropiada para todas las etapas del ciclo vital, incluido el embarazo, la lactancia, la infancia y la adolescencia, llegando incluso a ofrecer múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, teniendo en cuenta las necesidades nutricionales que implican el crecimiento y desarrollo de los menores, este tipo de alimentación ha de estar cuidadosamente planificada para evitar carencias.

Por lo tanto, ¿ha de tenerse en cuenta la edad de los hijos y la capacidad para tomar decisiones en este área? El sentido común nos dice que, aunque los hijos no son propiedad de los padres, éstos sí son responsables de su cuidado, por lo tanto, la recomendación es escuchar el planteamiento del menor, ahondar en las razones para tal cambio y consultar con un profesional cualificado para que valore la situación, opine de forma clínica y realice un seguimiento adecuado.