MOTOR

Rétromobile, reliquias de exposición

El recinto Expo París Porte de Versalles acogió entre los días 1 y 5 de febrero la 47ª edición de Rétromobile, la exposición de coches clásicos más importante del mundo, en la que se mostraron más de un millar de joyas automovilísticas. En el evento, que contó con la participación de 600 expositores de todo el mundo y más de 125.000 visitantes, no faltaron las tradicionales subastas de coches clásicos, que este año, sin embargo, no alcanzaron las expectativas iniciales.

Esta última edición de la Rétromobile de París ha estado dedicada a una de las carreras legendarias del automovilismo, las 24 Horas de Le Mans, que en 2023 celebra su centenario. Precisamente, la noche previa a la apertura de la exposición, se llevó a cabo en la capital francesa un desfile con el trofeo de los cien años de la competición, escoltado por vehículos históricos como un Chenard & Walcker de 1923, un Lorraine Dietrich de 1926, un Talbot Lago Chambas de 1949, un DB Le Monstre de 1961 o dos barquetas DB HBR.

La cita de las 24 Horas de Le Mans de 2023 será el fin de semana del 10 de junio en el Circuito de la Sarthe, en una edición que ya promete ser histórica. 

El salón Rétromobile se convirtió, por tanto, en el primer evento de conmemoración del centenario, donde se pudo contemplar una cuidada selección de los coches que han participado en esta mítica carrera, como un Porsche 917K de 1970, con el que la marca alemana logró sus primeras victorias en Le Mans.

Al margen de la competición, los diferentes stands de la exposición mostraron más de un millar de reliquias automovilísticas, cada cual más elegante y lujosa, lo que convierte a Rétromobile en el mejor escaparate del lujo a la francesa.

Así, pudieron contemplarse desde coches fabricados antes del año 1900 hasta deportivos míticos de los años 30, 40 y 50, pasando por auténticas obras de arte imposibles de ver en otro lugar como un espectacular Bucciali francés TAV8 V12 “Golden Arrow” de 1930, precursor de la tracción delantera y de la suspensión independiente que después sería incorporada por el Citroën Traction Avant.

Los diferentes stands del salón llevaban la firma tanto de los actuales fabricantes de automóviles (Lamborghini, Aston Martin, Jaguar, Porsche, Ferrari, Mercedes-Benz, BMW, Bentley...) como de las firmas especializadas en la restauración y venta de clásicos de lujo, así como de varios museos del automóvil de todo el mundo. También estuvieron representados clubes de coches clásicos, vendedores de piezas de recambio y coleccionistas del sector.

Tampoco faltaron los departamentos de coches clásicos de marcas como Lancia, Abarth, Alfa Romeo o Renault. El stand de esta última estuvo presidido por “The Originals Renault Garage”, que mostraba, entre otras curiosidades, tres modelos históricos de Renault modernizados con propulsión eléctrica: el Renault 4, el Renault 5 y un Twingo personalizado. A partir de un acuerdo con la empresa R-FIT, Renault está ofreciendo kits de conversión eléctrica para cualquiera de estos tres modelos a un precio de 11.900 euros.

La estrella de la subasta se queda sin comprador. Otro de los grandes atractivos de Rétromobile lo constituyen las subastas de las mayores firmas especialistas del mundo, como Artcurial, Bonhams y RM Sotheby’s. Este año, sin embargo, las pujas no colmaron las expectativas de los organizadores y la principal estrella del stand de Artcurial no encontró comprador.

Antes de iniciarse el salón, los medios de comunicación especializados adelantaban que la subasta de este año sería la mayor organizada en el Estado francés, de tal forma que los cerca de 300 modelos a subasta moverían más de 80 millones de euros.

La principal estrella era el Ferrari 250 LM de 1964, una de las diez únicas unidades que se conservan de este modelo sin sufrir daños en su paso por la competición, de las 32 que Ferrari llegó a producir en su factoría de Maranello.

Con todos sus componentes enteramente originales –chasis, motor V12 atmosférico de 320 CV, transmisión y carrocería–, este mítico coche salía a subasta por 25 millones de euros, y algunos esperaban que alcanzase el récord de 41 millones que consiguió en 2018 un Ferrari 250 GTO. No obstante, ninguna de las pujas alcanzó la cifra fijada como precio de reserva. Tampoco se vendieron dos coches míticos de rallys: un Lancia Delta Integrale de 1989 del veterano piloto francés Bruno Saby, o un Ford Focus WRC ex-Colin McRae, que salían con un precio de reserva de entre 400.000 y 600.000 euros.

Finalmente, se vendieron el 75% de los coches subastados, lo que generó una facturación de 35,5 millones. El modelo más caro fue un Bugatti Chiron Profilée de 2022, que se vendió por 9,7 millones de euros, seguido de un Ferrari 340 America Barchetta de 1951, por 5,7 millones de euros, y de un Ferrari Enzo de 2003 por 4 millones.

Los modelos más antiguos sacados a subasta fueron sendos Bugatti de competición: un Type 35 C de 1929 y un Type 43 de 1931, que se vendieron por 2,2 y 1,5 millones de euros, respectivamente.

Pero también hubo espacio para coches más asequibles, como un Citroën 2 CV Sahara 4x4 de 1961 que se vendió por 95.360 euros; un Peugeot 205 GTI Le Mans de 1991 (32.184 euros); un Renault 4 GTL Sinpar 4x4 de 1981 (26.224 euros); un Innocenti Mini Cooper 1300 de 1972 (25.032 euros); un Volkswagen Golf GTI 1800 de 1981 (17.880 euros); un Renault Espace Turbo D nuevo de 1987 (15.496 euros); o un Fiat 500 110F de 1972 (13.112 euros).