MOTOR

Movilidad eléctrica: la casa por el tejado

Que el coche eléctrico más vendido en lo que va de año en el mercado español –con un incremento de nada menos que un 484%–, sea el Tesla Model Y, un vehículo de 299 CV y que cuesta 48.200 euros, mientras las ventas de las motos eléctricas –la opción más asequible y racional para circular en ciudad– se derrumban un 36,1%, deja claro que algo no se está haciendo bien.

No es la primera vez que decimos que en la transición hacia la movilidad eléctrica se ha empezado la casa por el tejado. En lugar de promocionar vehículos eléctricos asequibles para todos los bolsillos y con prestaciones adecuadas a las necesidades reales, se está impulsando una movilidad eléctrica que pretende calcar el modelo de los motores de combustión. Y es que los planes de impulso a la electrificación conceden ayudas públicas para comprar coches de 300 CV de potencia y 500 kilómetros de autonomía, mientras se eliminan las ayudas a los ciclomotores, un tipo de vehículo que debería estar ya electrificado hace mucho tiempo.

Fijémonos en los datos de nuestras capitales. En Iruñea, por ejemplo, hay registradas un total de 14.067 motocicletas y ciclomotores, lo que representa el 11,34% de su parque móvil. Este porcentaje aumenta al 22% en el caso de Donostia, donde con una cifra muy similar de vehículos, el número de motos asciende a 26.400, lo que representa un 22% del total. Pero, ¿alguien ha visto una moto eléctrica? Lo cierto es que no es fácil encontrar una, a no ser que nos topemos con las de una conocida multinacional de comida rápida que acaba de renovar toda su flota con vehículos eléctricos. Salvo esta y alguna otra excepción, las ciudades siguen atestadas de ruidosas y contaminantes motos de gasolina.

Así lo atestiguan los últimos datos de Anesdor (Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas). En lo que va de año, en el mercado español se han matriculado 41.843 motocicletas de gasolina, lo que supone un aumento del 15,9%. Por el contrario, solo se han matriculado 1.636 motocicletas eléctricas, lo que supone una caída del 36,1% respecto al mismo periodo del año pasado. Este descenso es más acusado en el caso de los ciclomotores, pues solo se han vendido 719, es decir, un 48,2% menos.

Condiciones del Plan Moves III. No cabe duda de que unas de las principales razones de este descenso es la exclusión de los ciclomotores de los planes de ayudas públicas. Y es que, de forma inexplicable, los ciclomotores eléctricos del tipo L1e y L2e (equivalentes a los de 49 c.c.) han quedado fuera del Plan Moves III, pese a tratarse de un vehículo fundamental para terminar con la contaminación en el centro de las ciudades.

Además, las ventajas de una moto eléctrica no son solo medioambientales. Ofrecen una autonomía más que suficiente para los trayectos diarios, se pueden recargar en cualquier enchufe –hay incluso modelos con baterías extraíbles para cargarlas en casa–, tienen un mantenimiento más sencillo y sus precios son muy similares a los de las motos de combustión.

Entretanto, el Plan Moves III concede ayudas de hasta 7.000 euros para adquirir coches eléctricos o híbridos enchufables. A estos solo se exige una autonomía mínima de 30 kilómetros, mientras que a las motocicletas eléctricas se les exigen 70 kilómetros para optar a las ayudas.

Además, a estas subvenciones pueden acceder los coches de hasta 45.000 euros, precio en el que se incluye el estadounidense Tesla Model Y, cuya tarifa sin IVA es de 39.835 euros.

Habrá quien piense que comprando un coche de este tipo está contribuyendo a la descarbonización. Pero cada vez son más los que piensan lo contrario. Además, deberíamos preguntarnos qué sentido tiene comercializar coches de esas prestaciones y precio si lo que se pretende es extender y democratizar la movilidad eléctrica.

Vostok, apuesta local por la sostenibilidad

Una de las empresas que apuesta por la movilidad eléctrica sostenible es la bilbaina Vostok, la primera empresa del sector creada por mujeres en Euskal Herria. Recientemente ha presentado la Vostok E9, equivalente a una moto 125 al estar homologada como vehículo L3e. Su precio es de 4.440 euros, aunque puede quedarse en 3.340 con las ayudas del Plan Moves III.

Con el mismo diseño de su anterior modelo (Vostok E7 Plus), ahora, monta un motor de 3.500 W (4,69 CV) de potencia nominal con picos de 5.500 W (7,37 CV) , con el que alcanza una velocidad máxima de 75-80 km/h. Tiene una autonomía de 120 kilómetros por cada pack de baterías portátil, los cuales se pueden cargar en cualquier enchufe normal con carga rápida en solo 3 horas y media.

La versatilidad de este modelo lo hace fácilmente adaptable para su uso por particulares o empresas, con la posibilidad de incorporar diferentes baúles de carga (80 120 o 300 litros). Además, es posible intercambiar las tapas de colores para crear modelos únicos, y próximamente se podrán comprar tapas de edición limitada que pronto estarán disponibles en la web de la marca, diseñadas por artistas del mundo del custom, grafiteros y pintores.

En palabras de Rachel Lesslar, CEO del equipo, «para nosotros la movilidad eléctrica no es que tenga sentido, es que es necesaria y no solo la movilidad, sino que nuestra forma de sociedad tiene que desarrollarse a un modelo más sostenible. Queremos productos que minimicen la huella de carbono y que reduzcan los residuos. Este primer L3e (125 cc) es un ejemplo de cómo poder avanzar a la vez que disminuir las huellas medioambientales. Es decir, utilizar recursos ya existentes para desarrollar un nuevo producto».