Gotzon Uribe
Crítico musical
MÚSICA

Faith Healer

Faith Healer, la banda canadiense de Edmonton (Alberta) cristaliza silenciosamente en su nuevo álbum “The Hand That Fits The Glove” su ya accesible sonido pop en algo aún más inmediato y vigorizante. Con su álbum de 2017 “Try ;-)”, el dúo formado por Jessica Jalbert y el productor y multiinstrumentista Renny Wilson comenzó a despojarse de algunas de las influencias del pop de cámara de los años 60 que impregnaban el material más temprano del grupo y estas ocho nuevas canciones continúan expandiéndose hacia nuevas direcciones. Se trata de un surtido multicolor de composiciones ricas en detalles que resultan sencillas, ocultando a sabiendas sus complejidades siempre bajo un brillo de serenidad.

La evolución que ha llevado a Faith Healer a este punto ha sido constante desde los primeros días del proyecto. Jalbert y Wilson llevaban trabajando juntos desde la época en la que Jalbert aún actuaba bajo su propio nombre a principios de 2010, pasando a llamarse Faith Healer en el álbum “Cosmic Troubles” de 2015 y consolidando su asociación creativa con “Try ;-)” (2017). El núcleo del dúo se amplía por primera vez en “The Hand That Fits The Glove”, invitando a otros músicos a participar y llenando el sonido con una sensación de banda en directo. En el álbum han tocado músicos procedentes de diversos círculos del indie canadiense, como Jenni Roberts (que también ha trabajado como músico de gira con TOPS y Calvin Love), Mitch Davis (Arbutus), Conor Donaldson (Mac DeMarco) y Ross Nicoll.

El resultado final es un álbum que fluye sin esfuerzo y sigue siendo refrescante. Las olas de sintetizadores y los discretos cambios en los arreglos crecen constantemente en “The Game”. Algo de la suave psicodelia de los primeros trabajos de la banda resurge en temas como el brillo pulsante de “I'm A Dog”, el rock alocado de “Stranger” o el groove de “Green Velvet”. La poderosamente pegadiza “Another Fool” es uno de los ejemplos más controlados del sonido perfectamente medido que maneja el grupo, que aúna las suaves atmósferas del pop más sedoso de Montreal con la brisa menos distante pero igualmente sofisticada del pop lounge de finales de los 90, en la línea de bandas como Saint Etienne o los Cardigans. Abordan las letras de estas nuevas canciones con una mayor intencionalidad. Temas como la frustración, la inutilidad y el cansancio del mundo surgen y desaparecen, siempre contrarrestados por el optimismo y la producción ornamentada de la música.

Incluso en los pasajes más electrizantes del álbum, Faith Healer nunca exageran. A través de sus diversos giros en el estado de ánimo del oyente, el nuevo álbum se siente consistentemente frío y agradable a su vez, con Jalbert y Wilson guiándonos a través de cada paso. Es un disco que baja instantáneamente la temperatura de la habitación unos cuantos grados y que inspirará repetidas escuchas.


Art Feynman

Art Feynman es el excéntrico alter ego del productor Luke Temple. A diferencia de sus dos primeros álbumes, este se ha grabado en directo en el estudio con una banda completa, algo novedoso para Feynman, capturando un espíritu que recuerda a los trabajos más frenéticos de Talking Heads o a Oingo Boingo en su momento más oscuro. La colección se mantiene arraigada en las preocupaciones modernas, con canciones sobre el miedo al fin del mundo. Y representa la parte de la conciencia colectiva de nuestro tiempo que lucha por mantener el equilibrio en un mundo tóxico y caótico. Cuando Art Feynman se adentra en el caos de la era moderna, dan ganas de bailar.