Mirar atrás
Días como hoy nos provocan una extraña pausa. Más allá de nuestras ideas, creencias y convicciones, los finales de etapa siempre acarrean la rara sensación de sentir de golpe todo aquello que ha pasado mientras se avecina el desconocimiento de lo próximo. El paso del tiempo nos hace conscientes de nuestras fragilidades, de que, por mucho que lo deseemos, no existe la eternidad para nuestros cuerpos y que todo, absolutamente todo, acaba pasando. Terminar el año nos ayuda a echar la vista atrás y a valorar si todas las promesas que nos hicimos fueron cumplidas y, sobre todo, a mirar hacia el futuro como un lugar por descubrir. El arte nos ayuda a recorrer la vida pasada. Nos permite asomarnos a otros caminos que fueron atravesados antes de que estuviéramos aquí y a entender que, de alguna manera, todo forma parte de otro algo previo.
En este sentido, una de las propuestas expositivas que pueden ser disfrutadas estos días festivos es la que inauguró el Museo Guggenheim de Bilbo a principios del pasado noviembre. Hasta el día 4 de febrero encontramos disponible la muestra “Gego. Midiendo el infinito”, en el que podremos acercarnos a la figura de Gertrud Goldschmidt (Alemania, 1912-Venezuela, 1994). Gertrude Goldschmidt, también conocida como Gego, fue una artista alemana que, debido a su origen judío, abandonó su país de origen migrando a Venezuela, donde más tarde le sería concedida la ciudadanía. Si bien su formación está ligada a la arquitectura, el trabajo de esta artista se desarrolla principalmente entre la pintura y la escultura, siendo uno de los nombres más relevantes del arte del pasado siglo en su país de acogida. Caminos como el arte abstracto y el cinético atraviesan el legado que se presenta en esta exposición y que, tras pasar por São Paulo, Ciudad de México o Nueva York, recala ahora en Bilbo.
La exposición, organizada de manera retrospectiva, presenta trabajos datados de principios de los años cincuenta hasta principios de los años noventa. Cuarenta años de trabajo en los que encontramos esculturas, dibujos, textiles, libros, así como documentación en forma de bocetos e incluso cartas. En total, cerca de ciento cincuenta objetos que nos permiten entender la relación entre las diferentes fases creativas de la autora. El planteamiento comisarial del proyecto nos propone varios capítulos diferenciados a través de los que atravesar la línea temporal de su producción. “Primeras obras”, “Líneas paralelas”, “El Taller de litografía en Tamarind y estudios sobre retículas”, “Chorros, Troncos, Esferas y otras tipologías en retícula”, “Textiles”, “Dibujos sin papel” y “Últimas obras” son los títulos de las diferentes secciones que abarcan la prolífica carrera de Gego. A través de cada una de ellas podemos asistir a la evolución formal y conceptual llevada a cabo a lo largo de su vida, permitiendo así valorar en conjunto el valioso aporte de una artista de su talla.