Balance negativo
Dicen que “año nuevo vida nueva”, pero para las familias afectadas, en uno u otro ámbito de su vida, seguirá siendo más de lo mismo. El balance de final de año coincide con el de la legislatura que ya se ha ido, tras cuatro duros años para la mayoría de la gente en el Estado español con asuntos claves, y no solo para su cartera. Entre otros, se puede mencionar la electricidad, la subida de tipos de las hipotecas de vivienda y la alimentación, los sectores más perjudicados y más dañinos.
El carro de la compra de alimentación ha sido sensible a las alzas continuas en los productos básicos y, habida cuenta del subidón de las hipotecas, la caída en la renta ha hecho modificar los hábitos de compra reduciendo los gastos mensuales ante el dilema de “comer o pagar el préstamo”. De poco o nada ha servido un Ministerio de Consumo que, desnudo de competencias por su reparto de poder a los ministerios de más peso político, ha venido a desempeñar lo mismo que los gobiernos autónomicos, con muchas competencias pero sin ejecuciones activas.
ENGRASAR LA MAQUINARIA
Idem de lienzo con la presidencia semestral en la UE, que mucho ruido y nada de nada. Vamos, que sin pena ni gloria con la excusa de elecciones por medio e interinidad manifiesta. Y es que las políticas de Consumo son solo eso: unidades de consumidores que consumen para que la maquinaria funcione engrasada.
Lo dicho, balance negativo y triste, que lo leemos como si la cosa no fuera con nosotros. Total, ya llegan las rebajas de enero para remontar cuestas; o los deseos de cambio que repetimos cual mantra cada año nuevo; o ya puestos las próximas elecciones. Más de lo mismo. El mundo sigue girando y nosotros, atados a la misma rueda de la fortuna.