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PANORAMIKA

Lugares y construcciones

Esta pieza, titulada “Arrebol”, es una de las obras de Elena Aitzkoa, en este caso realizada en colaboración con el artista Josu Bilbao. Una propuesta que puede verse en la Alhóndiga de Bilbo hasta finales de este año. (Alhóndiga de Bilbo)

El ser humano se relaciona con su entorno. A lo largo de las diferentes etapas de su evolución ha ido buscando su sitio, reclamando un lugar protagonista que le ha llevado a crear un mundo en base a sus necesidades. Todo está delimitado por nuestra mirada. El paisaje, como concepto, es una construcción cultural que define unos límites. Son aquellos espacios en los que enmarcamos nuestra percepción y volcamos la relación entre lo natural y lo artificial, a sabiendas de que aquello que parece libre de nuestra intervención, está plagado de elementos no visibles. La arquitectura, considerada una de las grandes artes, es la manera de conectar ambos mundos. Se encarga de concebir lugares que tienen como misión final albergar lo que sucederá dentro de ellos. El cuerpo humano es el punto de referencia y a partir de ahí lo arquitectónico es capaz de desplegarse entre la utilidad y la creación simbólica.

De la observación de lo paisajístico y la acción humana surge la exposición que la galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbo presentó a mediados de este mes de enero. “De puentes y viaductos” es el descriptivo título elegido por el fotógrafo Cano Erhardt (Bilbo, 1955) para una propuesta que podrá visitarse hasta el día 23 de febrero. Encontramos en sala varias piezas fotográficas de gran tamaño. Todas ellas superan más de un metro de anchura y revelan una colección unificada y coherente. El acto de fotografiar es también poner un marco a la realidad. Elegir un pedacito de un instante que es captado y convertido en una captura eterna. En cada una de las obras de Erhardt, las estructuras construidas emergen como protagonistas a través de tensiones compositivas. El sometimiento de la naturaleza da lugar a unas imágenes que se detienen en la quietud y el silencio. Parecieran ser ruinas pasadas y casi ya absorbidas por la montaña y la vegetación, como un equilibrio o una convivencia que por forzada, es irremediablemente inseparable.

“Ur Aitzak” es un proyecto que la escultora alavesa Elena Aitzkoa (Apodaka, 1984) inició el pasado 2022 como artista asociada a la Alhóndiga de Bilbo. Se trata de una propuesta de largo recorrido pues podrá disfrutarse hasta finales del presente año 2024. El punto de partida es la creación de varias piezas escultóricas de considerable tamaño, que habitan lugares del centro y que paulatinamente se incorporan al paisaje interno del edificio. A nivel conceptual, el nacimiento de las piezas está ligado a la voz y la poesía para lo que cuenta con la complicidad de otros creadores. Desde lo formal, resulta interesante ver cómo se relacionan con el espacio donde son instaladas, así como su interacción con la luz, las condiciones cromáticas y matéricas del mismo. Todo esto para provocar una experiencia con un público que se las encuentra, casi por sorpresa, en zonas de paso y a priori no diseñadas para lo expositivo.