Jone Buruzko
IRUDITAN

Una performance reivindicativa

(Pablo Porciuncula AFP)

La entrada del Museo de Arte de Río de Janeiro, ubicado en el centro de la ciudad brasileña, se convirtió hace unos días en una peluquería al aire libre en la que los paseantes podían decolorarse el pelo mientras participaban en la performance “Global Bleaching” de Maxwell Alexandre. El artista brasileño quiso así reivindicar ese look rubio oxigenado o blanco platino que le fascina y a menudo lucen muchos de sus paisanos más desfavorecidos. Quizás por eso es un estilo que se relaciona con la delincuencia. Lo sabe bien este artista plástico y activista que nació y creció en la favela Rocinha, la más grande de Río, y quiere desterrar el tópico a base de verter agua oxigenada en las cabezas de las personas que se pasaron por allí. “Decoloración global” es un proyecto que se inició en 2019 y desde entonces se ha repetido anualmente en vísperas del Carnaval. Algún año ha llegado a decolorar unas mil cabezas. Esta vez, la performance consistió en un salón de belleza efímero con sillas de playa y toallas, en el que se instalaron 14 piscinas infantiles donde los asistentes se refrescaban. Mientras el equipo de peluquería embadurnaba cabelleras y hasta blanqueba barbas y bigotes, sonaba la música y brillaban los mechones de papel de aluminio. «Esto es una afirmación de libertad frente a cualquier estigma que pueda aprisionar al cuerpo negro. Un ritual de celebración», opinó el creador sobre su iniciativa.