7K - zazpika astekaria
GASTROTEKA

Garena, convertir el restaurante en caserío

El trabajo en equipo y compartir información y conocimiento son actitudes básicas para el chef de 7K, que en este artículo habla sobre la iniciativa de Garena y de un manifiesto de compromiso que este restaurante de Dima ha hecho público. Así, se comprometen a proteger la cultura del caserío.

El cocinero Julen Baz, motor de Garena, y su socio Aitzol Atutxa, al fondo, promueven la cultura del caserío. Recientemente, han hecho público un manifiesto que aparece en la otra imagen. (Garena - Getty)

Equipo! Amigos, familia, ¡somos un equipo! Necesitamos serlo, como colectivo, como cultura y como sociedad. Entendemos la importancia del trabajo en equipo y así lo reconocemos en muchísimos ámbitos de la vida. Pero la vida es una cosa tan tan grande que es imposible caer y darse cuenta de todos y cada uno de los aspectos en los que sí lo es. Y para eso tenemos este ratito y estas líneas, para poner sobre la mesa uno de los proyectos o compromisos más bonitos que me ha llegado en mucho tiempo. Además, por parte de un gran amigo. Gracias a gente como la de Garena y proyectos como el que hoy os cuento, la cultura vasca, los caseríos y el comer siguen caminando de la mano.

Volvamos al principio. Los ejemplos más claros en los que sí reconocemos el valor del trabajo en equipo han sido siempre el trabajo y los deportes. En estos ámbitos se entiende perfectamente que el valor y la importancia del colectivo están por encima del individuo, nos anticipamos a situaciones que puedan poner en riesgo los objetivos marcados o nos jugamos el cuello por proteger al que viste los mismos colores que el “yo” o el “nosotros”. Además, sacamos pecho en estas situaciones y nos autodenominamos “buenos compañeros”. Podría empezar a hilar este tema con los trabajos en auzolan o en comunidad, pero no lo voy a hacer. El tema de hoy va más allá. Cuando hablamos del trabajo en equipo y la importancia de las acciones que se llevan a cabo, el partido que se juega o las decisiones que se toman siempre tienen un objetivo común. O al menos así debería de ser. Es por esto que respeto, admiro y envidio desde lo más sano a Julen Baz y su Garena. Además de ser un equipo de personas increíbles, son un equipo bien formado. Un equipo liderado por el propio Baz que tiene las ideas muy claras y ha sido capaz de contagiar esta magia a todos sus integrantes. Comparten visión, capacidades y compromiso.

Para los que no conozcáis Garena, cuya traducción literal significa “lo que somos”, se trata de un restaurante ubicado en Dima. Preciosas vistas, un marco incomparable y una cocina que ofrece, por un lado, la opción de picoteo en su taberna y, por otro, la opción de probar su menú degustación. Si buceáis por la hemeroteca de 7K, encontraréis más de una referencia al respecto…

COMPROMISO POR LO LOCAL

Volviendo a lo que hoy nos atañe, os preguntaréis: ¿y en qué acaba toda esta reflexión sobre el trabajo en equipo, los valores y demás? Pues en que Julen Baz, su equipo y Garena en su conjunto han hecho público hace unos pocos días el “Manifiesto de compromiso Gardena”.

El manifiesto cuenta cómo ya existe un compromiso por recuperar especies locales de animales, plantas y vegetales, y cómo para ello se arrancaron con la cría de la gallina vasca, tal y como lo hacían nuestros mayores, de manera totalmente natural. Ahora también cuentan con gansos y ovejas. El proyecto avanza y crece, siempre con el objetivo de proteger y poner en valor el conocimiento y la vida de los caseríos. Ahora, el manifiesto da un paso más y el equipo de Garena suma a su manifiesto Gardena toda la red de agentes implicados en el proyecto Garena (productores, artesanos…). Todo aquel que forme parte de una u otra manera o tenga relación con este proyecto, pasa a formar parte de una red que se compromete a compartir este conocimiento.

Se me ponen los pelos de punta cada vez que leo el manifiesto. Y no os voy a decir cómo se ponen las mariposas de mi estomago solo de pensar en ir a comer. Pensad que un proyecto reconocido como Garena, con una estrella Michelin, dos soles Repsol y todo lo que está por venir, tiene el foco puesto en proteger nuestra cultura por encima de todo. Julen me regaló una de las frases que más me han marcado últimamente: «Muchos baserris se han convertido en restaurantes a lo largo de nuestra historia. Nosotros queremos convertir el restaurante en un baserri».

Recientemente, han hecho público un manifiesto que aparece en la imagen.

Se trata de un proyecto emocionante que, desde la humildad, el trabajo diario y el compromiso, avanza con paso firme por la gastronomía nacional vasca. Esto que os digo es un hecho que podéis comprobar a poco que busquéis por ahí, pero lo que realmente da valor es que también es cómplice de que puedan seguir caminando antiguas artes de cría, agricultura y cocina y, con ello, las personas que se encuentran detrás de estos proyectos.

De esto se trata familia, de creer no solo en uno mismo, sino en el valor de lo que nos une; la cultura, el idioma, la historia, el trabajo, la amistad… Es necesario mirar primero por el bienestar de los demás, para estar después uno bien. De esto os hablaba desde el principio, amigos. El de Julen es un ejemplo perfecto de compromiso 360º y el manifiesto, el mandamiento al que todos deberíamos rezar.

Garena, garena eta izango Garena.

On egin!