Diálogos a través del tiempo
El contexto espacial donde se dispone la obra de arte determina la mirada y las posibles interpretaciones. El recipiente tiene la capacidad de potenciar o diluir el significado de una obra y, si además se plantea un diálogo entre piezas de tiempos muy dispares, la posibilidad de crear conversaciones inesperadas se amplía. Hace tiempo que el espacio “sacralizado” del cubo blanco se ha abierto para establecer conexiones improbables con otros lugares. Habitualmente, el arte se aísla para buscar la forma más limpia de ser mostrado, sin embargo, existen multitud de referencias, saberes y experiencias que nutren el trabajo de las artistas, por lo que de alguna manera mostrar las piezas en espacios significados es una manera de cerrar el círculo y de plasmar la obra como un elemento interdependiente.
En esta línea, la exposición “Otras liturgias”, comisariada por Susana Blas en el Museo de Navarra, pone en relación la obra de 35 artistas actuales del Estado español con piezas históricas del Museo de Navarra, del Museo Etnológico “Julio Caro Baroja” y de Fondos de Arqueología del Gobierno de Nafarroa. La muestra se puede visitar hasta el 19 de mayo y establece un diálogo entre los conceptos de arte, ritual, curación y espiritualidad que, más allá de lo religioso, parten de un pensamiento intuitivo y creativo. Cada artista ha seleccionado una obra antigua que conecta con sus procesos de trabajo y todo se articula en torno a seis temáticas, “Naturaleza y senda espiritual”, “Rituales ancestrales”, “Teología y magia femenina”, “Dibujo canalizado”, “De la sanación” y “Finitud y tránsito”. Temas universales que plantean la posibilidad de que todo arte devenga contemporáneo en la medida en que se mira desde los conocimientos actuales.
Entre las artistas participantes encontramos la obra de Helena González (Basauri, 1964), “Las 21 plegarias”, esculturas de papel cubiertas por una campana de cristal, que demuestran la fragilidad y sutileza de los elementos que se protegen, se acogen y se refugian. La pieza se acompaña de una minicapilla de 1881. Helena, por medio del dibujo y la escritura, abre su mundo creativo a otros contextos posibilitando el acceso a la experiencia artística y buscando un lugar común desde el que inventar.
Otra de las propuestas es la de Greta Alfaro (Iruñea, 1977), una instalación audiovisual con dos canales de vídeo, “Los labradores” y “Las labradoras”, acompañada por un cáliz de vino. En los videos vemos imágenes donde lo popular y lo mágico conviven a través del ritual. El vino es la unión entre lo sagrado y lo profano y a su vez conecta con el cuerpo como representación de la sangre. Greta Alfaro nos plasma la fuerza del campo, las tradiciones y el folklore para reinventarlos en esta instalación.