Laura Díez
PANORAMIKA

Narrativas transformadoras

Esta escultura a tamaño real de un árbol caído carbonizado por un rayo forma parte de “KLIMA” la exposición de Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla que se puede visitar en la Alhóndiga de Bilbo.
Esta escultura a tamaño real de un árbol caído carbonizado por un rayo forma parte de “KLIMA” la exposición de Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla que se puede visitar en la Alhóndiga de Bilbo. (Oskar Matxin Edesa | FOKU)

Qué historia se esconde tras una piedra? ¿Qué relatos acompañan al paisaje? La dimensión del tiempo cobra otra relevancia cuando pensamos en nuestra existencia como una pequeñísima parte del universo. Cada material en la naturaleza es testigo de una serie de cambios evolutivos que tienen unos ritmos propios y que se han visto acelerados por la acción humana. La emergencia climática puede estar acompañada de reflexiones sobre la historia, la geopolítica o la condición poscolonial.

Hasta el 6 de enero de 2025 se puede visitar en la Alhóndiga de Bilbo “Allora & Calzadilla: KLIMA”, la exposición de Jennifer Allora (EE.UU., 1974) y Guillermo Calzadilla (Cuba, 1971), quienes llevan años investigando sobre cuestiones ligadas a la sostenibilidad social y ecológica. De una forma interdisciplinar y colaborativa reúnen en sus obras múltiples formas de existencia, animal, vegetal o mineral. El título, “KLIMA”, proviene de una terminología griega usada para referirse a la orientación solar que adoptan las formas de vida. La palabra aclimatación aparece en el Estado francés en el siglo XVIII para definir la labor que los seres exóticos debían realizar para adaptarse a otras condiciones climáticas de manera forzosa. Podríamos decir que actualmente estamos sometiendo al planeta a un constante proceso de aclimatación. ¿Qué esconde la belleza y sutileza de las obras de Allora y Calzadilla?

En las salas encontramos cinco piezas. “Entelechy” es una escultura a tamaño real de un árbol caído carbonizado por un rayo, procdente de un bosque vecino a las cuevas de Lascaux. En los años 40, un grupo de adolescentes descubrió la cueva gracias a las raíces de un árbol caído similar. Todos los jueves por la tarde unos cantantes interpretan una partitura rotolinguística inspirada en la única figura humana pintada en el interior de la cueva. Otra pieza, “Lifespan”, muestra una pequeña roca de 4.000 millones de años de antigüedad, procedente del Complejo Gneis del río Acasta. Esta cuelga de la galería e igualmente es activada a través de tres vocalistas que utilizan simultáneamente su respiración para desplazarla como un péndulo, conectando el momento actual con el origen del planeta. La partitura de ambas piezas está realizada en colaboración con el compositor David Lang, abordando formas de comunicación previas al lenguaje verbal. Acompañando las obras vemos distribuidas por el suelo una serie de flores. “Graft” reproduce en plástico reciclado pintado a mano las flores del árbol caribeño Tabebuia en diferentes estados de descomposición.

La sutileza de los gestos mínimos y poéticos que acompañan a las obras de Allora y Calzadilla causa gran impacto a nivel de reflexión sobre nuestro entorno.