BERA BERA 29

VALENCIA 19

Bera Bera salvó con mucha personalidad un compromiso complicado ante el Valencia, sobre todo porque las bajas se le acumularon en las jornadas previas al partido. Con Mujika fuera de juego para el resto de la temporada, y Zugarrondo sin recuperarse de su lesión en el hombro, ni Martínez –con problemas en su espalda–, ni Elorza –que finalmente si tiene fracturada la nariz–, ni Azanza –que se torció el tobillo en un entrenamiento– podían jugar tampoco, y Etxeberria también llegaba tocada.

Tati Garmendia y Montserrat Puche –su primer partido en el banquillo en «casa»– armaron un siete de circunstancias, con Eli Pinedo como lateral en la primera línea –la amurriotarra lo dio todo, pero se nota que no está cómoda en esa zona–, y apenas sin cambios (el primero fue en el minuto 24, Ederra por Núñez, y el segundo en el 40, Ezkurdia por Etxeberria), y jugando a gran velocidad, sin ningún tipo de reserva física, encarrilaron el partido desde la primera mitad ante un Valencia acomplejado por su rival y por el ruidoso ambiente de las gradas.

Bera Bera impuso un ritmo muy rápido, corriendo al contraataque siempre, acabando sus acciones en pocos segundos, impidiendo al Valencia asentar su defensa y fusilando a Aguas desde posiciones de ventaja. Y en área propia se comportaba con su agresividad habitual, Menéndez ocupaba el centro con Núñez en ausencia de Elorza, y Arrojeria cumplía en uno de los laterales. Del resto se encargaba Temprano, que frenó a las dos máximas goleadoras valencianas hasta dejarlas al borde de la desesperación: seis paradas a Alonso (una de penalti) y cinco a Payá en el cómputo del partido.

Solo las pérdidas de balón empañaban un poco la gran labor de las donostiarras, e impedían que el marcador se rompiera desde los primeros minutos, cuando la entrenadora valenciana tuvo que pedir tiempo muerto en el minuto 10 (7-3) para frenar la avalancha de Bera Bera.

Entre contraataques, penetraciones en las que brilló Arrojeria, y los goles de Núñez, la capitana Ziarsolo volvía a sobresalir, e incluso regalaba una rosca poco antes del descanso que se le escapó fuera por poco, pero fue muy aplaudida por el público.

Con seis goles de diferencia, tras el descanso Ederra entraba en ataque para dar descanso a Núñez, que a su vez oxigenaba a Menéndez en defensa, y a los diez minutos salía Ezkurdia, que protagonizó un par de contraataques espectaculares, sobre todo la recepción a un larguísimo pase de Temprano, con una defensora valenciana tapándole la trayectoria del balón, que logró controlar para hacer el 24-15.