02 MAY. 2015 Mensaje unánime contra la pobreza y la precariedad Joseba SALBADOR DONOSTIA Pese a la diversidad de convocatorias de sindicatos y organismos sociales –que llegaron a coincidir en las calles de Iruñea, Bilbo o Donostia–, la celebración del Primero de Mayo en Euskal Herria tuvo un denominador común: la denuncia de la pobreza y la precariedad que afecta a cada vez más ciudadanos, tanto parados como en activo. De hecho, en las movilizaciones de ayer estuvieron presentes las problemáticas de colectivos específicos como los empleados de Osakidetza, contratas de Movistar, trabajadoras del hogar, jubilados de Edesa o empleados de la clínica La Nive de Itsasu. En Nafarroa, LAB recordó la lucha de los trabajadores de Potasas de 1975 a través de una marcha desde Beriain hasta Iruñea. Por lo demás, la jornada, marcada por la lluvia, transcurrió con normalidad, aunque volvió a quedar en evidencia el enfado y hastío de muchos ciudadanos por los recortes impuestos por los gobiernos y por los abusos de las entidades financieras. Así, muchas sucursales bancarias y oficinas de Lanbide aparecieron con pintadas contra el capitalismo, acciones que alcanzaron también a las oficinas de Eulen, en Laudio, o a las sedes de CCOO y UGT en Altsasu. En Baiona, la policía detuvo a un joven tras una protesta del colectivo Aitzina!, que procedió simbólicamente a «limpiar de capital» y a «desinfectar» una sucursal bancaria. La presencia policial fue notable en Iruñea, donde también se desplegó la Policía foral. LAB, por un nuevo modelo económico LAB llevó a cabo una treintena de actos en las capitales vascas y en las cabeceras de comarca. Su secretaria general, Ainhoa Etxaide, participó en la marcha de Gasteiz, donde aseguró que este sindicato no va a trabajar por consolidar un modelo económico que condene a los trabajadores a la pobreza y a la miseria. Ante el «discurso oficial» de que se está superando la crisis, Etxaide advirtió de que LAB «no va a comprar ese discurso» y que al que lo haga «le va a salir muy caro», porque la mejoría de los datos macroeconómicos está basada en unas reformas que configuran un modelo construido sobre la «explotación laboral» y que condena a la mayoría a la pobreza. A su juicio, las reformas y recortes de derechos sociales y laborales aprobadas en los últimos años «se pueden revertir». Por ello, defendió las propuestas de LAB de salarios y prestaciones de 1.200 euros, 35 horas laborales semanales y el acceso libre y universal a los servicios públicos, medidas «mucho más sostenibles» que un modelo económico que facilita «la acaparación de la riqueza por parte de unas minorías privilegiadas». La responsable de LAB considera que profundizar en la soberanía de Euskal Herria es la mejor forma de lograr estos objetivos. Por ese motivo, mostró la disposición de este sindicato a colaborar para lograr «acuerdos sólidos» destinados a avanzar en un proceso soberanista. ELA: «El sindicato nos hace fuertes» Como viene siendo habitual en los últimos años, ELA organizó su acto central en Bilbo, donde su secretario general, Adolfo Muñoz, advirtió de que si el sindicalismo «se destruye, será el imperio del capital», sobre todo en un momento «particularmente difícil» para los asalariados. Por ello, proclamó que el sindicato «hace fuertes a los trabajadores». Insistió en que ELA trabaja por «una Euskal Herria más justa y soberana», pero añadió que «una Euskal Herria soberana no será posible si las políticas que se aplican maltratan a la mayoría social de este país. El camino hay que hacerlo con políticas sociales», dijo. El dirigente sindical criticó las políticas de los gobiernos y el proceder de la patronal, a los que atribuyó la configuración de una sociedad «cada vez más precaria» y denunció que se pretenda salir de la crisis «con más pérdida para los salarios». Acusó a los gobiernos de estar «siempre» con la patronal y reiteró por ello que «no hay ninguna razón que justifique» la presencia del movimiento sindical en las mesas de diálogo social, que son «solo teatro», ya que la patronal obtiene fuera de ellas lo que le interesa «directamente con el Gobierno». CCOO y UGT piden rescatar al trabajador Los que sí se movilizaron de forma conjunta –en Bilbo e Iruñea– fueron CCOO y UGT, sindicatos que exigieron el fin de las políticas de austeridad y consideraron que «es hora ya del rescate a las familias, a los trabajadores y a los ciudadanos». Ambos sindicatos rechazaron en la marcha de Bilbo las políticas de austeridad al considerar que «han alargado la crisis, han empobrecido a capas importantes de la población y han provocado más precariedad y menos salarios». En palabras del secretario general de UGT-Euskadi, Raúl Arza, «los ciudadanos no entienden por qué ha habido tantos millones para rescatar a los bancos» y se preguntan «cuándo es el momento de rescatar a los trabajadores» mediante la subida de los salarios a quienes tienen empleo y a través de la mejora de la prestaciones sociales para quienes tienen «la desgracia de no tenerlo». El secretario general de CCOO de Euskadi, Unai Sordo, señaló que en esta coyuntura el sindicalismo «tiene un papel fundamental que jugar» en favor de lograr una sociedad «más justa y cohesionada», recuperar salarios y servicios públicos y hacer frente a la «involución democrática». CNT: consolidar frentes contra el capitalismo También se movilizaron de forma conjunta en las cuatro capitales los sindicatos ESK, CNT, CGT y Steilas, que reeditaron la tradicional marcha desde Errenteria a la capital guipuzcoana. CNT reivindicó la necesidad de «consolidar los frentes de lucha contra el capitalismo». Así, subrayó que «no alcanza con un día de manifestaciones, ni con una huelga que empiece al salir el sol y termine nada más oscurecer. Lo que la sociedad exige y necesita es un movimiento fuerte, creado desde abajo, sin tutelajes partidistas», indicó la central anarcosindicalista. Parados contra el neoliberalismo Las asambleas de personas en paro Bizkaia y de Iruñerria llevaron a cabo también sendas movilizaciones en Sestao e Iruñea. En la capital navarra se movilizaron conjuntamente con los colectivos 15M Nafarroa y Bizipiketes para denunciar «las actuales políticas neoliberales que están ejerciendo los gobiernos de Navarra y Madrid». Por ello, hicieron un llamamiento a las personas que están sufriendo dichas políticas neoliberales a que el próximo 25 de mayo, día de las elecciones forales, «demos al régimen donde más les duele, en las urnas. Que la ciudadanía salga a votar para echar a este gobierno mafioso del poder», proclamaron. En Sestao, se movilizaron para exigir que no se privaticen los trabajos públicos, «porque lo único que hacen es precarizar más el empleo», por la «transparencia e igualdad» en el reparto del trabajo público, por la erradicación de las horas extras o la aplicación de los convenios de Bizkaia en todos los sectores, entre otras reivindicaciones. Los jóvenes, por un sistema más justo El movimiento juvenil también quiso sacar a la calle la problemática que afecta a los jóvenes. Así, miembros de Ernai denunciaron en las calles de Donostia que los jóvenes «somos mano de obra barata para la patronal, una simple pieza que necesitan para llenarse los bolsillos», lo que les condena «a una vida precaria». Frente a ello, se mostraron convencidos de que «es posible construir un sistema más justo», para lo que consideran necesario «conformar un modelo en la medida de nuestras necesidades y deseos». PINTADAS La jornada, marcada por la lluvia, transcurrió con normalidad, aunque volvió a quedar en evidencia el enfado y hastío de muchos ciudadanos por los recortes y por los abusos de las entidades financieras. Así, muchas sucursales bancarias y oficinas de Lanbide aparecieron con pintadas. PRESENCIA POLICIAL En Baiona, la policía detuvo a un joven tras una protesta del colectivo Aitzina!, que procedió a «limpiar de capital» y a «desinfectar» una sucursal bancaria. La presencia policial fue muy notable en Iruñea, donde también se desplegó la Policía foral. BAIONA LAB se movilizó en Baiona, Ziburu y Maule para denunciar la privatización de los servicios públicos que promueve la «ley Macron» y para exigir la creación de un marco de negociación colectiva en Euskal Herria».