Cantan Tafalla y Nafarroa; no tanto Euskal Herria
Los resultados de estas elecciones municipales y forales nos van a reclamar análisis sosegados. Por lo que sabemos hasta ahora, pueden percibirse tendencias contrapuestas según los territorios. Esto dificulta una lectura general simple y abre oportunidades para todo tipo de sensaciones, desde la desbordante euforia de Tafalla, donde EH Bildu dobla a UPN en concejales, hasta la frustración de Donostia y Gipuzkoa o la constatación de la capacidad del PP de retener apoyos en Gasteiz. Las impresiones en uno y otro sentido pueden acrecentarse si Joseba Asiron lograra la alcaldía de Iruñea o hubiera un gobierno de cambio en Nafarroa liderado por la segunda fuerza, que a la hora de redactar estas líneas es Geroa Bai.
Satisfacción, alegría, pero también prudencia. Uno puede quedarse con los resultados de su pueblo, lo que en mi caso sería sumamente gratificante, pues soy de Tafalla, pero mejor optar por una visión general, aunque nos resulte mucho más compleja. El cambio se abre camino en Nafarroa, tanto a nivel general como en importantes ayuntamientos que podrían ser gobernados por articulaciones políticas alternativas al régimen. Esto supondría un vuelco histórico y abriría un nuevo tiempo político en Navarra. Llama la atención que se dibujen posibilidades de cambio en localidades como Lizarra o Barañain y se confirmen experiencias como Atarrabia o Baztan, cuando a nadie se le escapa que el reto de conformar un gobierno alternativo se plantea con mayores garantías si va acompañado de mayorías municipales. Habrá que ver en qué quedan estas posibilidades, pero una de las claves del modelo de la reforma postfranquista, el régimen de la Navarra foral y española, agudiza su crisis. El recurso al miedo no ha dado a UPN capacidad de colapsar el cambio y el PSN es incapaz de remontar. En estas circunstancias, Geroa Bai y EH Bildu, con números cercanos, pero con victoria del primero en Nafarroa y del segundo en Iruñea, están llamados a asumir un importante papel en esta nueva etapa, pero también a contar con Podemos, Aranzadi y Ezkerra-Izquierda. Como se había adelantado, el cambio, de llegar, será plural y exigirá amplitud de miras por parte de todos los agentes implicados.
Estamos ante un avance histórico en Nafarroa, cuyas consecuencias pueden ser extraordinarias. Se había planteado el reto de alcanzar un número de parlamentarios superior a la suma de UPN, PSN y PP, no era un objetivo fácil y se ha logrado, por lo que hay motivos para la confirmación de la ilusión y la esperanza por el cambio.
Si miramos a Araba y Bizkaia, podemos apreciar una cierta confirmación de la fuerza de EH Bildu, pero los datos que llegan desde Gipuzkoa son mucho más preocupantes y tienen una gran importancia porque era allí donde Bildu había asumido las mayores responsabilidades de gobierno. El PNV logra concentrar el voto de orden contra la experiencias de cambio y consolida su posición institucional y política en el tercio autonómico pero también en Nafarroa por medio de Geroa Bai. Habrá que preguntarse qué hay detrás del desgaste de Bildu, pero todo esto tendrá que venir más tarde. Quedémonos por ahora con el cambio en Nafarroa.