14 JUN. 2015 BALONCESTO Unicaja espera lograr en el Palau la voltereta que nadie ha conseguido La escuadra malagueña ha mostrado una actitud mucho más agresiva en los dos partidos en el Carpena. El duelo arranca a las 17.00. Arnaitz GORRITI La última vez que Unicaja jugó una final de la Liga ACB fue en el año 2006, edición en la que, con Sergio Scariolo en el banquillo y Jorge Garbajosa como MVP, conquistó el entorchado liguero. Nueve años después, y remontando un 2-0 adverso, los dirigidos por Joan Plaza esperan derrotar al Barça en el Palau Blaugrana y disputarle al Real Madrid el título de la competición doméstica. El desempate de esta tarde, que arranca a las 17.00, precisará que los andaluces repitan la misma cara que han mostrado en el polideportivo José María Martín Carpena. A diferencia de los dos partidos del Palau, resueltos a favor del Barça por 91-60 y 91-70 respectivamente, los choques jugados en Málaga han mostrado un Unicja más agresivo, tanto en defensa como a la hora de cargar el rebote, y sin dejarse avasallar por la calidád blaugrana. Así las cosas, Unicaja no cedía en un dramático tercer partido, resuelto en una prórroga después de que el Barça desperdiciara dos lanzamientos para ganar la eliminatoria. Los de Joan Plaza, apoyados por un Martín Carpena motivado como desde hacía mucho no se recordaba, consiguieron romper ese tercer envite con un parcial de 11-3 en el tiempo extra. Will Thomas combinó la intimidación y el acierto, mientras que Carlos Suárez daba el primero de sus dos clínics en el rebote ofensivo. Tras el 89-84 del primer partido de Málaga, el viernes dejaba un 77-66 favorable a los andaluces en el cuarto. A pesar de las molestias físicas de Jayson Granger, Unicaja afrontó este envite sin excusas, y con una energía mucho mayor que un Barcelona que se vio al descanso perdiendo por un claro 41-24. De la mano de Marcelinho Huertas, el Barcelona quiso agarrarse a sus opciones de remontada, tratando de jugar con los miedos y los fantasmas de Unicaja, que fiaron en exceso su ventaja a su fortaleza defensiva. No obstante, el propio Granger, Fran Vázquez y Jon Stefansson se encargaron de sellar el triunfo malagueño con menos sobresaltos de los que, pocos minutos antes, parecía provocar un avejentado Navarro cuando establecía el 59-52 fruto de un inverosímil «dos más uno». Los 46 rebotes de Unicaja, que en el Palau no pudo mostrar ese poderío bajo los tableros, impidieron cualquier remontada, y es lo que pretende esta tarde en el Palau, aunque también es cierto que el formato 2-2-1 nunca ha vivido un resultado final de 2-3 partiendo de un 2-0. Para postre, Unicaja deberá hacer frente a su popia historia. Y es que la última vez que el Unicaja venció en la fase por el título al Barcelona en el Palau Blaugrana fue el 29 de abril de 2000 por 57-67. Por ende, los cajistas llevan 15 años sin vencer como visitantes al conjunto blaugrana en una eliminatoria de play off. Velimir Perasovic Por otro lado, Velimir Perasovic se presentaba en sociedad como nuevo entrenador de Laboral Kutxa Baskonia, a través de una entrevista hecha pública por la web del club. En esa primera entrevista, un relajado Perasovic ofrecía un primer vaticinio del juego baskonista para la temporada 2015/16, definiéndola como, ante todo, un juego de «mucho carácter y dinámico&indentHere;». «El Baskonia se ha caracterizado por ser un equipo peleón, con mucho carácter y con mucho dinamismo en el juego. Vamos a ir por este camino, vamos a intentar hacer un equipo que se reconozca con esto», explicaba el preparador de Split, que prepara su segunda andadura al frente del banquillo gasteiztarra, después de una primera etapa entre noviembre de 2005 y febrero de 2007. «Han pasado ocho años desde que estuve aquí de entrenador y han pasado muy rápido. He pasado por medio mundo, pero lo cierto es que esto es como volver a casa», añadía Perasovic, que diferenciaba su realidad actual como técnico a la de su primera etapa al disponer de un «mayor bagaje en los banquillos y más experiencia». Para terminar, tampoco faltaron las palabras del preparador croata hacia la afición, a los que aseguraba que espera dar muchas alegrías. «Puedes vivir varios años malos, pero el equipo seguro que volverá arriba. Por nuestra parte, vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que estén contentos», concluía el nuevo preparador del Laboral Kutxa Baskonia. Usabal, testigo de otra paliza vasca sobre Venezuela La selección femenina de Euskal Herria cerraba su «díptico» ante Venezuela, no solo ganando a la selección sudamericana, sino sometiéndola a una nueva paliza: un contundente 84-49 que hizo las delicias de los más de 200 espectadores reunidos en el polideportivo Usabal de Tolosa. El partido, tal y como sucediera en Gasteiz el viernes, solo duró el primer cuarto, ya que la tricolor superaba a la «vinotinto» solo por 21-18. Pero a partir del segundo acto, las de Jon Txakartegi apretaron atrás, rompiendo el partido ya para el descanso: 40-27. Lo cierto es que ambas selecciones presentaban dos formas de entender el liderazgo y la anotación. Cinco jugadoras de la selección de Euskal Herria –Yaiza Lázaro, Iulene Olabarria, Arrate Agirre, Ane Aldalur y María Asurmendi– superaban los 10 puntos. Por contra, la única jugadora venezolana que pasaba la decena –de hecho, firmaba 31 puntos– era Roselis Silva. La tricolor, además, mostraba un gran acierto en el lanzamiento triple, anotando 13 lanzamientos desde más allá del arco de 23 intentos, fruto de un gran movimiento de balón, con ocho jugadoras capaces de dar una asistencia –Asurmendi repartió siete–. La segunda mitad, como en Gasteiz, fue un paseo para las de Txakartegi y un suplicio para Venezuela, abriendo la renta por encima de la veintena en el tercer cuarto; una deriva que continuó hasta firmar el definitivo 84-49. A. G.