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Entrevista
IñAKI ALKORTA
PRESIDENTE DE GUREAK

«Hay que superar la idea de integración y hablar de inclusión»

Gureak cumple 40 años. Su presidente, Iñaki Alkorta, ha vivido de cerca su nacimiento y desarrollo. Satisfecho de los logros obtenidos, afronta la próxima etapa con la ambición de mejorar una organización en la que él se ha hecho «mayor».


La integración de las personas con discapacidad en el mundo laboral hizo emerger a Gureak. Cuatro décadas después, su presidente, Iñaki Alkorta, está satisfecho con el recorrido, aunque todavía ve camino por delante.

¿Cómo se llevo a cabo la creación de Gureak?

Fue una decisión bastante atrevida de Atzegi. En una época en la que primaba un poco la cultura de la beneficencia, una cultura más asistencial, tomaron la decisión de constituir Gureak como una sociedad mercantil a la que encomendaron como fin específico tratar de buscar y desarrollar iniciativas de trabajo para personas con discapacidad.

Había una demanda social muy importante y se pudo empezar a crecer. Podemos decir que en estos 40 años el crecimiento ha sido ininterrumpido. Incluso en años de crisis. Llegamos al 40 aniversario con unas 5.000 personas en Gureak.

Cuatro décadas después, ¿cómo ha cambiado la situación?

Nos encontramos en un entorno más favorable. Hay empresas importantes que reconocen nuestra aptitud. Esa confianza nos está permitiendo mantener unos niveles muy altos. Hace ya dos décadas, tuvimos la visión de dejar de depender de actividades industriales y empezamos a diversificarnos en el sector servicios. Solemos decir que en todo sector de la actividad económica puede haber una oportunidad de trabajo para personas que tienen alguna limitación, y nuestra obligación es detectarlas y ponerlas a su alcance.

El mercado reconoce con más tranquilidad nuestra capacidad y los esquemas de financiación pública son estables, en nuestro caso de la mano de las diputaciones y Lanbide.

Habla de la tranquilidad en los clientes. ¿En un principio percibían cierta desconfianza?

Esto es un batalla continua. El punto de partida es que nadie se cree que puedas fabricar algo de cierta complejidad. En 40 años hemos pasado a trabajar para clientes muy importantes.

¿Cómo les han afectado estos últimos años de crisis?

La crisis ha afectado a todo el conjunto. Hay clientes de Gureak que han pasado a una situación de mayor debilidad y han adelgazado sus cuentas. Algunas actividades prácticamente han desaparecido. Es decir, la crisis nos ha obligado a ir adaptándonos, siempre con el objetivo de mantener al máximo posible la plantilla aunque eso haya supuesto esfuerzos para buscar recolocaciones. Ya en 2014-2015 estamos empezando a ver las cosas de otra manera y hemos vuelto a crecer en términos de empleo.

Durante todos estos años también ha habido críticas, por ejemplo sobre la labor de integración. Es evidente que juegan un papel importante, pero ¿pueden ser a la vez un límite para la plena integración?

Este es un debate que está muy presente. Dentro de Gureak hay unos programas específicamente definidos para favorecer el tránsito de lo que se llaman estructuras de empleo especial a puestos de trabajo en el mercado ordinario. Esto es algo deseable. Hay personas que pueden elegir seguir trabajando en Gureak porque se sienten más amparadas, pero la expectativa de la carrera de una persona con discapacidad no tiene por qué terminar en Gureak.

También hay que pensar que la crisis tiene la vía contraria. Es decir, ante la pretensión de favorecer cada vez más la salida de nuestros empleados a entornos de trabajo ordinario, esta crisis ha hecho que muchas personas con alguna discapacidad hayan sido las primeras en ser expulsadas. Ha habido una vuelta de muchos trabajadores a Gureak.

La ley obliga a que en las empresas de más de 50 empleados al menos un 2% de las personas contratadas tengan alguna discapacidad, aunque no siempre se cumple. ¿En qué medida influye esto?

La obligación legal está ahí pero no se cumple en la medida que sería exigible. En este sentido, hacemos una labor de comunicación para que las empresas se pongan en contacto con nuestros trabajadores, que rompan un poco ese miedo a conocer a una persona con discapacidad. Siguen siendo necesarias estructuras de empleo especial; si no, no habría 5.000 personas en Gureak.

También han criticado las condiciones laborales. ¿Cuál es la situación en Gureak?

De las 5.000 personas que participan en nuestros programas, 4.000 tienen contrato. El resto están en procesos de formación o en programas ocupacionales o centros de día. Entre los contratados, como en cualquier otra empresa hay una relación sindical. Todas las condiciones de trabajo están pactadas y recogidas en convenios colectivos que han tenido la aprobación de nuestros sindicatos mayoritarios.

Dicho esto, también para nosotros es un objetivo que, en todas las actividades en las que la propia economía que se genera lo permite, se aplique el convenio del sector. En algunas necesitamos convenios propios, pero en otras la misma rentabilidad de la actividad nos permite aplicar el convenio del sector. En otras, como pueden ser las relacionadas con la industria, Gureak no puede cubrir esos costes.

Uno de los aspectos en los que se incide y se denuncia discriminación es el salarial. ¿Se puede mejorar en este aspecto?

Hay una regla clara en Gureak desde su fundación y es que los beneficios que se consiguen no se trasladan a los accionistas porque son instituciones y la propia Atzegi, sino que se reinvierte en la empresa y lo que se trata es de convertir en salarios el valor añadido que generan nuestras actividades empresariales. Las condiciones de trabajo se negocian con las cuentas encima de la mesa, y las subidas o revisiones que se pueden tener se debaten en torno a ello. La media de las 4.000 personas que tienen contrato de trabajo en Gureak es algo por encima de los 1.000 euros mensuales. Es perfectamente exigible su mejora y es perfectamente entendible la franja de economía en la que permite moverse a los trabajadores, pero a la vez, en un entorno de dificultad en la búsqueda de empleo, es una cifra que al menos da sentido a lo que se está haciendo.

¿Cómo afrontan el futuro y cuáles son los retos más próximos de Gureak?

Seguimos teniendo una demanda muy alta de entrada de personas que desearían que Gureak les diera una oportunidad de trabajo. Hablamos ahora mismo de unas 700 personas en lista de espera. Parte de la demanda es de colectivos de personas que tienen algún trastorno mental. Tenemos el reto de seguir creciendo. Los tiempos piden estar cada vez más abiertos a experimentar en iniciativas en el entorno ordinario.

Antes mencionaba los miedos o estigmas existentes. Desde una perspectiva más general, ¿qué queda por mejorar?

La capacidad de convivir con personas que muestran alguna discapacidad está muy presente en una sociedad como la vasca. Cada vez hablamos más, incluso, de superar la idea de integración y pasar a hablar de inclusión. Estamos hablando de personas que tienen todo el derecho a vivir como cualquier otro ciudadano y nosotros tendríamos que ser los gestores de los apoyos que estas personas necesitan para que vivan en aquello que eligen. Si vienen a trabajar a Gureak, que sea porque lo eligen pero no porque sea la única alternativa.

El mundo de la educación hace muchos años que se abrió, el mundo de la empresa está abierto pero los periodos de crisis frenan muchas iniciativas. Ahora nos corresponde reforzar esta idea de volver a recordar a todas las instancias que estas personas son uno más, que buscan su sitio. Y ahí es donde queda mucho por hacer.

Una cita para celebrar el pasado mirando al futuro

Ficoba acogió ayer la fiesta de aniversario de Gureak, a la que acudieron unas 2.600 personas. Un evento que, como recuerda Iñaki Alkorta, las personas de Gureak celebran con «mucha alegría» cada año. En esta ocasión lo vivieron como «una mirada al pasado pero más mirando a retos de futuro», ya que se sienten «con fortaleza suficiente para afrontar nuestra quinta década».