GARA
REMO

El testigo protegido ratifica su versión en el juicio

Uno de los diez acusados reconoce haber enviado EPO a Bermeo.

El remero que declaraba ayer ante el juez como testigo protegido ratificó su versión en la primera jornada del juicio sobre el presunto dopaje de Urdaibai en la temporada 2010, mientras que la mayoría de los diez acusados negó cualquier participación en esas actividades. La única que reconoció los hechos que se le imputan fue la esposa del exciclista Antonio Arenas.

El exremero de Urdaibai volvió a contar que «nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...», y que preparaban «más de ocho jeringuillas, mucho más» para cada remero que se administraban después de los entrenamientos, así como antes y después de cada regata. Según su versión, eran el propio entrenador, José Manuel Francisco, y la enfermera del club, Arantza Ormaza, quienes solían administrarles las sustancias.

El testigo relató también que ese verano visitó el club un médico «que se presentó como profesor de la Universidad de Extremadura», Marcos Maynar, quien dijo que «estaba ahí para ayudar a Urdaibai a ganar la Bandera de La Concha y que no cobraría nada si no lo conseguía». Al parecer, Maynar procedió a pinchar a todos los deportistas ayudado por el entrenador. El deportista explicó que tras la visita y el notable aumento de pinchazos recibidos por los remeros, los resultados de Urdaibai mejoraron ostensiblemente.

Maynar lo niega todo

La mayoría de acusados negó la veracidad de esa versión. Maynar aseguró que fue a Bermeo en viaje familiar, que solo asesoró al entrenador sobre la posibilidad de que sus remeros estuvieran entrenando demasiado duro y que prestó al club una máquina para hacer análisis específicos. Y Borja Garay, el médico del club, admitió haber inyectado algunas sustancias sin peligro como efedrina y carnicor, que había dejado pautadas un anterior facultativo.

En cambio, otra de las acusadas, la esposa del exciclista Antonio Arenas, reconoció que ese agosto envió tres paquetes con EPO y Darbepoetina a un banco de Bermeo, donde trabajaba el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo, y que por ello recibió 2.400 euros del club.