Empate gris y gracias

Flojo partido de los rojiblancos en un choque en el que ninguno se jugaba nada pero donde los holandeses casi terminan ganando.

ATHLETIC 2

AZ ALKMAAR 2

Un partido a título de inventario que defraudó. Y es que cabía esperar algo más de los chicos de Ernesto Valverde. Porque los rojiblancos jugaron lo justo, hicieron lo justo y se llevaron un justo resultado. Dos chispazos aislados les sirvieron para voltear un marcador adverso y cuando se las prometían felices, llegó la igualada de los holandeses casi al final. Merecida porque no dejaron de intentarlo y en el último suspiro Herrerín sacó lo que se mascaba como el 2-3. Empate y casi gracias.

Sin nada en juego, más allá del dinero a ingresar en la caja de Ibaigane, de la oportunidad de minutos para los menos habituales y de ofrecer un fútbol libre de marcajes a los espectadores que se animaron a acercarse a San Mamés, la deriva del partido iba en el sentido diagonalmente contrario cuando próxima la media hora de juego, Iago sacaba un mano a mano y en la inmediata jugada venía el gol de los holandeses. Hasta entonces, el Athletic, que era casi dueño exclusivo de la pelota, apenas sí había generado algo de peligro real ante la meta de un AZ que de inicio mostró un posicionamiento defensivo, aunque como se fue viendo, sin miedo a contragolpear.

Ernesto Valverde dispuso un once sin apenas novedades sobre lo previsto, más allá de la inclusión de Saborit en el carril izquierdo. Bajo la manija de San José en la medular y un inquieto Susaeta, los rojiblancos trataban de sortear el parapeto trazado por un rival que no parecía exigir mucho a los bilbainos. Tapaban bien las bandas y los leones se veían obligados a un juego previsible, pase tras pase pero sin apenas profundidad y cuando lo intentaban, faltaba pericia en el toque o el control. Avisó el AZ en una contra que no encontró rematador y volvió a avisar Janssen en un disparo cruzado ante Herrerín. Entre ambas, un centro lateral de San José que Sola remató de cabeza fuera.

Era como si los holandeses pusieran la zanahoria al final del palo, como una araña tejiendo su red atrayendo la presa. Cuatro córners seguidos sacó el Athletic en apenas un minuto sin resultado alguno, y en la contra siguiente, primero ese cara a cara que salvó Iago y a renglón seguido, con una defensa totalmente fuera de lugar, van Overeem cabecea a placer desde el área pequeña un centro lateral. Los numerosos seguidores visitantes saltaban de sus asientos mientras en los locales se escuchaban unos tímidos gritos de ánimo.

Al Athletic le pilló de sorpresa ese gol. Al minuto siguiente, otra llegada del AZ y Elustondo que saca la pelota cuando llevaba camino del segundo. Herrerín arengaba a los suyos, incrédulo. Primeros silbidos. Quizá sirvió para que los rojiblancos espabilaran y metieran una marcha más a su juego. Saborit la tuvo pero mandó fuera un medido centro de Susaeta, pero acertó en su cabezazo atrás, córner mediante, para que Kike Sola lograra la igualada casi ya camino de vestuarios. Un golpe de fortuna que tendría su continuidad nada más reanudarse el segundo acto, penalti en el primer minuto por mano de un defensor y San José, desde los once metros, que lo borda, engañando al portero.

Con el volteo al marcador, los de Valverde parecieron quitarse de encima un peso. Un arranque de segunda mitad que tuvo su continuidad en una inmejorable ocasión de Kike Sola, que a la media vuelta remató y el guardameta holandés la sacó abajo. Lo cierto es que ahora sí, el partido se abrió y se desligó de ciertas ataduras. El Athletic quería apretar y el AZ no renunciaba a contragolpear. Un pasito adelante de los de Alkmaar que al menos aportó un poco de vistosidad a un lánguido choque que por momentos sacaba del tedio la Herri Harmaila con sus cánticos de ánimo. Un desierto de ocasiones que se rservaba lo mejor para el final. Sabin Merino la estrelló sobre Coutinho en el minuto 80 de partido. Tampoco Herrerín quiso ser menos y minutos después sacaba por encima del larguero un envenenado disparo. El AZ se iba a por todas y el Athletic le dejó ir. Y de un doble remate a los palos del Athletic, en que ni Aketxe ni Viguera acertaron, se pasó al tanto de la igualada que dejó a los leones con un palmo de narices. Y a punto estuvieron los holandeses de llevarse la victoria si no fuera de nuevo por Herrerín. Empate final para cerrar la fase de grupos y gracias. Europa se toma un merecido descanso.