Dinamarca y España cumplieron con los pronósticos de manera bastante más fácil los escandinavos, que llevaron en todo momento el control del partido contra Hungría, y con más sudor por parte de los de Manolo Cadenas, quienes aunque siempre fueron por delante en el marcador, nunca se marcharon lo suficiente como para dar resuelto el envite, que no lo finiquitaron hasta el final.

Como no podía ser de otra forma, los daneses volvieron a apoyarse en la dirección y acierto de Mikkel Hansen –9 goles y 75% de efectividad– para abrir brecha cuando se cumplía el primer cuarto de hora –12-4–, una iniciativa que ya no abandonarían. Hornyak y Faluvegi intentaron enjugar la diferencia, pero esta no bajaría de los cinco goles –21-16–, quedando clara la superioridad de los de Gudmundur Gudmundsson.

No lo tuvo tan sencillo España, que necesitaba reivindicarse del empate ante Eslovenia y pasar con el suficiente bonus a la segunda fase como para mantener intactas sus opciones al título. Para ello, requería imperiosamente ganar a Suecia, a quien mantuvo a raya con un gran Valero Rivera desde los siete metros –transformó siete– y un Julen Aginagalde sobresaliente en el pivote.

Rusia es, quizás, la sorpresa del torneo y, aunque no lo tendrá nada fácil en la main round, puede dar más de un disgusto a alguno de los a priori candidatos a hacerse con este Europeo. Ayer se deshizo sin problemas de Montenegro, en un encuentro en el que fue de menos a más, indicador del poderío ruso, con Gorbok y Shelmenko como máximos artilleros.

Tampoco defraudó Alemania quien, pese a sus considerables bajas, nunca ha bajado los brazos y no debe descartarse como uno de los combinados que más guerra va a dar en la siguiente fase. Supo resolver su complicado compromiso ante la peligrosa Eslovenia, pese a que los balcánicos comenzaron mandan- do, para ir sucumbiendo poco a poco a la maquinaría germana.

A partir de hoy, comienza una interesantísima main round, a la que, al igual que ya lo hicieron Polonia y Noruega, tanto daneses como españoles acceden con cuatro puntos en su casillero, lo que les da un cierto margen de error sobre otros rivales –léase Francia–, que no pue- den cometer ningún tropiezo más, si quieren alcanzar las semifinales. Si de algo sirven las sensaciones dejadas por la primera fase, los anfitriones y Dinamarca se han mostrado como las selecciones más rocosas, sin ceder ni un solo punto, a diferencia de otros combinados.