01 FEB. 2016 BALONMANO El impenetrable muro alemán se hace con su segundo oro europeo España, con unos paupérrimos números en ataque, se vio impotente ante una defensa y portero germanos que le dieron el título. Natxo MATXIN ALEMANIA 24 ESPAñA 17 Contra todo pronóstico, Alemania se hizo con su segundo oro continental, apoyada en su formidable muralla defensiva, que agotó las escasas ideas en ataque de una España que, ni en la peor de sus pesadillas, pudo imaginarse una final tan desastrosa y que se quedó por cuarta vez a las puertas del título. Los teutones, que han contado con bajas muy importantes –algunas de ellas incluso a lo largo del torneo– y un plantel jovencísimo, rompieron todos los pronósticos a base de coraje, lucha y creer en sus posibilidades, siempre desde una solidez atrás infranqueable. Algo que los dirigidos por Manolo Cadenas ya comenzaron a sufrir desde los inicios –solo dos goles anotó España en el primer cuarto de hora–, en una tónica que se mantendría durante todo el choque. Siempre bajo la premisa de no encajar –ahí se hizo enorme el guardameta Wolff parando la mitad de lo que le llegó–, la escuadra germana llevó el partido al terreno que más le convenía, con una agresiva defensa en la que el equipo español naufragó sin remedio. Para el minuto 22, los teóricos favoritos ya llevaban nada menos que siete pérdidas, mientras los alemanes, gestionando de manera impecable las lógicas expulsiones que generaba su férrea defensa, comenzaban a abrir una brecha de seis goles al inicio de la segunda parte que ya no abandonarían. Impotentes ante las torres germanas, ni el lanzamiento exterior español ni las penetraciones de los extremos –Wolff frenó casi todas– menguaron una diferencia que consolidó la moral de los dirigidos por Dagur Sigurdsson, sabedores de que en pocos minutos iban a levantar el título por segunda ocasión. Croacia consigue el bronce Por otra parte, Croacia consiguió el bronce frente a Noruega, gracias a que los balcánicos llegaron más frescos y con mayor fuerza psicológica a la final de consolación. Los croatas, que consiguieron su tercer metal europeo, llevaron en todo momento la batuta del encuentro, pese a que los escandinavos dieron más guerra en su inicio, llegando incluso a empatar. Sin embargo, los liderados por Domagoj Duvnjak fueron aplicando de manera constante un rodillo que se traduciría en diferencia sistemática sobre el electrónico en la última fase del choque. El envite se rompió definitivamente a falta de diez minutos para el final cuando Noruega, que se marcha con una sensación agridulce tras haber perdido sus dos últimos compromisos en la lucha por las medallas pese a haber firmado su mejor participación en un gran torneo, se quedó clavada en 21 y Croacia le infligió un parcial de 0-5 que resultó definitivo.