Victor ESQUIROL
TEMPLOS CINÉFILOS

Vino, vio y no convenció

En una sala de proyección privada, un productor frunce el ceño. Mientras, en un multiplex reconvertido en templo del cine de autor, los muy civilizados miembros de la crítica se dan codazos entre ellos por una butaca. Poco después, en un hotel de lujo, fotógrafos profesionales gritan cual posesos cuando ven desfilar a tipos cuyo nombre produce millones de resultados en el buscador de internet.

La ficción dentro de la realidad ficticia de otro relato, introduce esta 66ª Berlinale, que ha arrancado con una película de películas, con celebrities y con una locura generalizada que va más allá de la pantalla. El arte convertido en negocio, y este, en puro circo. La involución se traduce en una combinación de satisfacción y decepción.

Así es “¡Ave, César!”, de los hermanos Coen, quienes vuelven a homenajear y reírse de ese Hollywood dorado de los grandes estudios. La historia tiene en el engaño cómico marca de la casa su principal motor, ingrediente suficiente para hacerse con el interés y la simpatía del espectador... pero demasiado justo para dar forma a un producto con verdaderas intenciones.

“¡Ave, César!” tiene mucho de coqueteo, pero poco de auténtica conquista. Funciona bien en la sonrisa brindada por fragmentos que, no obstante, al final del recorrido, se antojan como piezas demasiado independientes. Como un puzzle cuyo dibujo jamás llega a verse claro. Sí, los laberintos de los Coen, los mejores, siempre han estado al borde del galimatías, pero este, que es de los peores, se asoma demasiado al abismo de una intrascendencia que, para colmo de males, no divierte tanto como debiera.

Y la Berlinale aplaude, pero tímidamente. Ha conseguido que por sus pasillos se pavoneen George Clooney (ese monstruo del carisma), Channing Tatum y Tilda Swinton, y que descubramos, por fin, a Alden Ehrenreich (apunten este nombre)... Todo esto, que no está mal, una semana después de su estreno comercial en EEUU. Es el sabor agridulce del diferido. La alegría, desde luego, no es completa.