Arnaitz GORRITI
BALONCESTO

Gipuzkoa Basket discute la victoria al Real Madrid

Los de Fisac, pese a defender mal, se batieron en un partido a muchos puntos.El cuadro merengue se despegó con un parcial de 22-0 en el tercer período.

REAL MADRID 94

RETABET.ES GBC 88


Los ambiciosos discursos de Porfi Fisac no ocultaban la dificultad de la empresa de Retabet.es Gipuzkoa Basket en la cancha del Real Madrid. Se trataba de una misión imposible, e imposible resultó, por mucho que el cuadro guipuzcoano le metiera el miedo en el cuerpo a los de Pablo Laso. Seguramente, ante otro rival el resultado hubiera sido bien distinto.

Con Andrés Rico en el quinteto titular, con Llompart y Doblas en el banquillo, la escuadra donostiarra afrontaba el partido con ganas, acierto desde la media distancia y una flojera defensiva algo acusada, en especial en la posición de un Travis Wear atacado sistemáticamente. Asimismo, los bloqueos de los interiores merengues abrían huecos suficientes para que martillearan con una sesión de triples que ponía los puntos sobre las íes al duelo: 7 de 8, con Llull y Carroll anotando tres sin fallo cada uno, dejando el primer cuarto en un impresionante y esclarecedor 34-23.

Afortunadamente, este Real Madrid también deja jugar. «¿Vamos a poder defender un poco? ¿Alguien?», abroncaba Pablo Laso en un tiempo muerto a los suyos, después de que Gipuzkoa Basket se arrimara en el marcador hasta un sorprendente 41-37. Doblas superaba bajo el aro a un Hernangómez muy poco intenso, mientras que Lawrence y Vrkic ofrecían minutos de calidad, lo cual facilitaba que los de Porfi Fisac se reenganchasen al partido merced a un parcial de 2-12.

El resto de la primera mitad fue un compendio de canastas repartidas, con Llull marcando las diferencias, con la nota positiva del partido 100 de Olaizola en la ACB y la nota negativa del trompazo en el coxis de Agbelese, que por fortuna se quedó en el golpe y el susto. Al descanso, Gipuzkoa Basket se mantenía en el partido con 53-48.

Llull y Carroll revientan el duelo

Después de meterse en el partido en el segundo cuarto, Gipuzkoa Basket regresó a la cancha con los complejos olvidados. Una técnica a Maciulis fue el detonante de un parcial de 2-11, con un Landry desatado, para que los de Fisac consiguieran no solo desesperar a Pablo Laso, sino adelantarse hasta el 58-63.

Para desgracia de los donostiarras, Jaycee Carroll encontraba sus mejores sensaciones de toda la temporada. El tirador de Laramie impedía con su fina muñeca que GBC se marchara en el luminoso. Y por si faltara alguien, aparecía Llull.

El combo guard de Mahón se agarró a la estela de Carroll para, con tres triples seguidos, voltear el marcador y liderar un parcial de 22-0 que, de un plumazo, dejaba en nada las opciones de sorpresa que en algún momento afloraron en el seno guipuzcoano. El parcial del tercer período fue de 32-21, y con 85-69 para empezar el último cuarto, las energías y esperanzas de los de Fisac estaban agotadas.

Con todo y eso, Gipuzkoa Basket jamás le perdió la cara al duelo. a pesar de darlo por perdido, jugadores como Motos u Olaizola ofrecieron un nivel más que notable, mientras que el Real Madrid, para enojo de su entrenador, lograba sobrevivir de las rentas del tercer cuarto, pero sumando solo 9 puntos en los diez minutos finales.

Fisac: «Estoy muy triste. Podríamos haber ganado»

Cualquier entrenador, llamémoslo conformista, hubiese quedado satisfecho por la imagen ofrecida por su equipo ante el Real Madrid. Porfi Fisac, en cambio, reconoció estar «fastidiado», porque más allá del «acierto del Real Madrid», tildó de «poco intensa» su defensa, y vio justo en esa falta de intensidad la clave de la derrota de su equipo.

«Reconozco que estoy muy a gusto con el trabajo de mis jugadores, pero tengo que estar fastidiado. Creo sinceramente que podríamos haber ganado. El grado de acierto rival y la falta de intensidad defensiva por nuestra parte hace que el resultado esté ahí. Agradezco la buena imagen, pero eso no da puntos», dijo.

«Para salvarte en esta categoría hay que ganar ciertos partidos que nadie piensa que puedes ganar, y este era uno de ellos. No puedo evitar irme cabreado a mi casa», remachaba el preparador.A. G.