23 FEB. 2016 BALONCESTO La Euroliga denuncia «presión» de FIBA a clubes, jugadores y árbitros Llamando a la «cooperación y no a la exclusión», la Euroliga dijo que «continuará» con su proyecto presentado el noviembre pasado. EFE MADRID La realidad del baloncesto en Europa se complica por momentos, sobre todo, mirando al futuro inmediato. Mientras el Viejo Continente celebraba sus trofeos de Copa, el pulso entre la Euroliga y la FIBA subía un grado más. De esta manera, la Euroliga presentaba hacia el final de la pasada semana una denuncia ante la Comisión Europea contra la FIBA y FIBA Europa «como consecuencia de las repetidas presiones que los clubes europeos de baloncesto reciben por parte de la federación internacional y sus filiales nacionales» para que renuncien a participar en sus competiciones. Todo ello en un contexto en el que las Ligas estatales parecen ir perdiendo cada vez más fuerza en pro de grandes competiciones a nivel continental, y el pulso en el modelo organizativo y de privilegios que viven los grandes clubes de la Euroliga por un lado, con la FIBA y las federaciones territoriales por otro. En un comunicado más amplio remitido ayer mismo, la Euroliga subrayaba que «los clubes de baloncesto europeos están sufriendo repetidas presiones por parte de la Federación Internacional y sus filiales nacionales» para que renuncien a participar en las competiciones que «los propios clubes, desde el año 2000, gestionan a través de la Euroliga», en referencia a la propia Euroliga y la Eurocup. «Libertad de decisión» Con esta denuncia, la Euroliga pretende «garantizar» que los «clubes, jugadores y árbitros puedan tomar libremente la decisión de participar en los torneos» que consideren oportunos, «sin ser objeto de amenazas o presiones», anunciaba. Junto a esta queja, la Euroliga adjuntaba diversas noticias publicadas en diferentes medios a lo largo de estos meses, en los que representantes de la FIBA «amenazan o insinúan posibles sanciones o penalizaciones a diferentes colectivos profesionales de acuerdo con su decisión de participar en una competición u otra». «Desde el año 2000 –recordaba la Euroliga– las competiciones de clubes organizadas por la FIBA y la Euroliga han coexistido, lo cual es positivo». Por tal motivo, la Euroliga hacía un «llamamiento a la cooperación y a la no exclusión», que aseguraba «parece ser el objetivo de la FIBA desde el año 2012», momento en el que «rompió unilateralmente el acuerdo que tenía con la Euroliga de baloncesto desde 2004», reclamaba. El comunicado también ratificaba la intención de la Euroliga de que «continuará desarrollando el proyecto anunciado en noviembre de 2015, que incluye la remodelación de la Euroliga y la Eurocup» con el objeto de «ofrecer la oportunidad de disfrutar de una mejor competición». Liga de Campeones de Basket La FIBA anunciaba recientemente la puesta en marcha de lo que será, a partir de la temporada 2016/17, la Liga de Campeones de Baloncesto. Para esta competición, diferente de la Euroliga, la FIBA cuenta con el compromiso de trece ligas, entre otras las de Francia, Italia, Turquía, Grecia, Israel, Lituania, Bélgica, Polonia y la República Checa. La nueva Liga de Campeones de la FIBA contará, en su fase regular, con 32 equipos que accederán a la competición por méritos deportivos y disputarán eliminatorias de ida y vuelta antes de acceder a la Final a Cuatro que decidirá el campeón. Competiciones como la ACB no se han pronunciado, mientras que grandes equipos como Panathinaikos, Olympiacos, Efes o Fenerbahçe, así como Barcelona, Real Madrid o Saski Baskonia se han desmarcado de esta propuesta. Asimismo, clubes como Valencia Basket aguardan a la opción de ampliación de la Euroliga de un formato de 16 equipos –proyectado a partir de la próxima campaña– a otro de 24, en el que tendrían cabida. Baskonia busca cómo «parchear» la baja de Shengelia La lesión de rodilla de Tornike Shengelia tendrá en el dique seco al ala-pívot georgiano por espacio de tres meses y medio como mínimo, y en el seno de Laboral Kutxa Baskonia buscan la forma de ponerle remedio, empezando por el partido de Top 16 de este jueves ante Zalgiris Kaunas. Lo normal sería buscar un fichaje, aunque fuera interino, pero en este caso no puede ser. Una sentencia de la FIBA impide a la entidad gasteiztarra hacer fichaje alguno mientras no liquide su deuda con Walter Hodge –y, en el tiempo, podría complicarse por el mismo motivo en el caso de Lamont Hamilton– en concepto de rescisión de contrato. Mientras el recurso del Baskonia recorre su camino, la solución es «parchear» la ausencia de «Toko» Shengelia con los que Perasovic tiene en su banquillo. A día de hoy, solo Kim Tillie ocupa plaza específica de ala-pívot. Con Bourousis como pívot puro, una de las opciones para «remendar» esa baja serían hacer que Ilimane Diop ejerciera de ala-pívot; en ese caso, los de Perasovic verían mermado su potencial ofensivo. Davis Bertans podría ser otro parche válido. El alero letón tiene un físico suficientemente contundente –2,07 metros y cierta presencia física– para defenderse de ala-pívots más fuertes. Su buena mano desde la larga distancia abriría, además, la opción de jugar con cuatro hombres abiertos, con Bourousis o Diop adentro. Pero el jugador báltico llega de una parón de 10 meses, y en la Copa se vio que, ante un escenario de máxima exigencia, Bertans no es una solución de garantías, al menos no a día de hoy. Otra de las cuitas de la ausencia de Shengelia es que un posible sustituto del georgiano tendría que ser cupo de formación. Es por ello por lo que Darko Planinic no juega en la ACB, ya que la política de cupos obliga a mínimo de tres cupos formativos en una plantilla de 12 jugadores, y tres en una de 11 –Corbacho y los hermanos Diop, en estos momentos–. Por ello, Planinic solo juega en la Euroliga, mientras que el mercado de cupos es escaso y particularmente caro. A.G.